Aquí te decimos cómo detectar a ese enemigo del rendimiento y, mejor aún, cómo vencerlo.
Todo aquel que até buscando estar en forma sabe que la hidratación durante el ejercicio es muy importante. Debido a que, si no lo estás haciendo bien, puedes tener problemas para regular la temperatura de tu cuerpo y lubricar las articulaciones, ambos factores que afectarán tu desempeño y evitarán que logres tus objetivos.
Pero ¿cómo saber si estás mal hidratado?
Tienes que ir al baño. Basta con revisar el color de tu orina. Sin color o ligeramente amarilla significa que ingieres suficientes fluidos, si es amarilla fuerte o ámbar es signo de deshidratación.
Soluciónalo.
Si no quieres que la deshidratación afecte tu entrenamiento, asegúrate de hidratarte antes (para preparar al cuerpo), durante (para mantener su temperatura en equilibrio) y después de la actividad física (para seguir recuperando los nutrientes perdidos con el sudor).
Si el ejercicio dura más de una hora y es de alta intensidad, tomar solo agua no será suficiente, aquí es donde las bebidas isotónicas entran en acción.
Las bebidas isotónicas como Powerade ayudan a reponer electrolitos, mantener los niveles de adecuados de glucosa en la sangre, disparando el rendimiento y brindando energía a los músculos.