Cambió el alcohol por el gym. El tiempo que Joe Binkley pasaba en el bar le quitaba minutos a su vida.
Nombre: Joe Binkley
Edad: 30 años
Peso: de 122.5 a 77 kilos
Estatura: 1.80 metros
Tiempo para alcanzar su meta: 4 años
Ocupación: Supervisor de restaurante
Ubicación: Norwalk, Ohio, Estados Unidos
Antes
Antecedente
Durante la universidad la mayoría de los chicos comen sin control. ¿Yo? Casi me mataba de hambre a mí mismo: como siempre tuve una tendencia a engordar, ésa era la única estrategia que tenía para mantener mi peso. Cuando cumplí 21 años y me convertí en cantinero, me fui completamente al otro extremo, toneladas de comida chatarra y alcohol convirtieron mi cuerpo en un balón. Debido a mi falta de energía, tenía que tomar bebidas energéticas para mantenerme alerta, pero era una solución momentánea. Como mis ventas eran muy buenas, mi jefe me promovió al área más concurrida del bar. Pero no pude destacar y las ventas bajaron; por lo que fui degradado y mi cuerpo no daba para más.
La llamada de alerta
Desperdicié años entre una dieta y otra, pero mi peso sólo era un yo-yo, tomaba refrescos de dieta y no me daba cuenta de cuánto afectaban mi energía. Eso provocó que regresara a mis antiguas costumbres. Por fortuna me di cuenta que no bastaba sólo con evitar las idas nocturnas a comer tacos, sino que también debía eliminar de tajo lo que de verdad me estaba dañando: el alcohol.
La comida
Solía comerme de una sentada cosas como media caja de galletas bajas en grasa de queso cheddar . La grasa era el verdadero problema, ¿de acuerdo? Pero de la misma forma que investigué sobre comida sana, me di cuenta que debía ingerir una mezcla de carbohidratos, proteína y grasa saludable, lo que me proporcionaría la energía que una bebida nunca consiguió. Cambié mi dieta por una de seis alimentos balanceados durante el día para mantenerme acelerado. Por ejemplo, ingería pechuga de pollo con verdura y, de snack, un plátano con mantequilla de cacahuate. Además, dejé las bebidas energéticas.
El entrenamiento
Una vez que decidí perder peso, comencé a correr cerca de seis kilómetros en promedio. Empecé a entrenar de forma lenta, alternaba carreras y caminatas de tres a cuatro veces a la semana, hasta que pude correr durante media hora seguida. Luego de seis meses, finalicé una carrera en sólo 36 minutos. Ahora participo de forma activa en las competencias locales y, en promedio, recorro de 16 a 24 kilómetros a la semana. Además, levanto pesas tres veces a la semana ?ejercicios de estabilidad, peso muerto y elevaciones de hombro? a fin de incrementar mi fortaleza y flexibilidad.
La recompensa
Dejé de comer en el bar, pero continúo en el área de comida. Mi actual energía me permitió ser promovido a supervisor. Mi antiguo yo jamás hubiera podido desempeñar lo que hoy hago. Por eso, le hablo sobre alimentación sana a cualquiera que quiera escucharme.
Después