Recuerda que las mejores cosas de la vida son gratis, y que por ello las citas perfectas no deben ser la excepción. Toma nota.
Spa en casa
A nadie le viene mal una buena tarde de masajes en la espalda, las manos y los pies; caricias, un baño caliente, que nos cepilles el cabello y -si quieres ponerte más creativo- algunas mascarillas hechas con avena, miel y yogur. Pon algo de música tranquila, llena la habitación de incienso y velas. Sirve limonada o té helado y fruta. No hay mujer que se resista a tantos cuidados. Más que una cita, es un regalo, pero también terminarás divirtiéndote una vez que acabe la sesión relajante.
No olvides
Tener a la mano aceites o cremas para el masaje.
Ser suave al masajear, con movimientos circulares y ligeros. No querrás dejarla adolorida.
Conocerla lo suficiente para que se sienta cómoda y no malinterprete la situación.