Hace unos mese y aún hace unas semanas, no mucha gente habría apostado por una final entre el Bayern Munich y el Chelsea.
Cuando el sorteo de las últimas rondas de la Liga de Campeones del fútbol europeo dejó abierta la posibilidad de que Barcelona y Real Madrid se encontrasen en la final de Múnich, no mucha gente habría apostado por una que enfrentara al Bayern Munich y el Chelsea.
La posibilidad de repetir un «clásico» entre los dos gigantes españoles en Múnich parecía altamente probable, por no decir inevitable.
Pero la victoria del Bayern alemán por penales frente al Real Madrid en semifinales y la actitud defensiva pero también heróica del Chelsea ante el Barcelona en el Camp Nou produjo un enfrentamiento por el título intrigante en la competición.
El sueño del Bayern de levantar el trofeo en su propio estadio fue su principal objetivo desde que empezó la temporada.
El magnate ruso dueño del Chelsea, Roman Abramovich, ha puesto sus ojos en el trofeo desde que compró el club en el 2003, pero seguramente pensaba que las posibilidades de levantarlo esta temporada eran remotas ya que su campaña parecía desintegrarse bajo las órdenes del entrenador André Villas-Boas.
Sin embargo, tras el despido de Villas-Boas en marzo y la llegada del técnico Roberto di Matteo, la campaña del Chelsea cobró vida y ahora se encuentra muy cerca de proclamarse campeón de Europa por primera vez.
Posición baja
De todos modos, el equipo inglés no se recuperó en la Liga Premier, donde no pudo finalizar entre los cuatro primeros y terminó sexto, la posición más baja que el club ha conseguido en una década y que significa que si pierde el sábado, no estará en la próxima Liga de Campeones.
Esa es una de las razones por las que el futuro de Di Matteo sigue en el aire, aunque en su primera comparecencia ante los medios el lunes antes de la final el italiano dijo: «No estoy pensando en mí».
«Lo que está en juego es que tenemos la posibilidad de traer a casa el título europeo por primera vez en la historia del club y eso es todo lo que importa», remarcó.
El ex jugador y ahora técnico del Chelsea no ocultó su preocupación por las bajas de su equipo, pero se mostró optimista.
«Vamos al partido con la calidad y la experiencia para ganarlo. Tengo la motivación para hacer algo extraordinario por este equipo. Será una oportunidad única pero todos los problemas que tenemos entre lesiones y amonestaciones me están causando un gran dolor de cabeza», señaló Di Matteo.
El Chelsea jugará sin su capitán, John Terry -suspendido-, sin el defensor Branislav Ivanovic y sin los centrocampistas Ramires y Raúl Meireles. Los defensores Gary Cahill y David Luiz podrían recuperarse de sus lesiones y llegar a tiempo, mientras que el mediocampista Florent Malouda está en duda.
Por su parte, el Bayern tiene la ventaja de jugar en casa pero llega al partido tras perder 5-2 ante al Borussia Dortmund en la final de la Copa de Alemania el pasado fin de semana y tiene además tres jugadores sancionados: el defensor Holger Badstuber y los centrocampistas David Alaba y Luiz Gustavo.
Solo hubo dos ocasiones en las que el campeón de Europa se proclamó jugando como local: el Real Madrid en 1957 y el Inter de Milán en 1965. El último equipo que jugó la final en casa fue la Roma en 1984, cuando perdió por penales frente al Liverpool.
Avance regular
En el verano europeo pasado, los responsables del Bayern veían difícil llegar al partido decisivo en el Allianz Arena luego de que el club fue sorteado en el «grupo de la muerte», como lo definió el presidente ejecutivo del club, Karl-Heinz Rummenigge, junto con Manchester City, Villarreal y Napoli.
Pocos pensaban que serían Bayern y Napoli los clasificados a la ronda siguiente, pero el conjunto teutón avanzó en el torneo de manera regular de la mano del entrenador Jupp Heynckes, por tercera vez en el club y campeón de Europa con el Real Madrid en 1998.
Avanzar en la Liga de Campeones fue más fácil de lo imaginado, pero la lesión de Bastian Schweinsteiger y el bajo rendimiento del atacante holandés Arjen Robben fueron un problema para el Bayern tras el receso del invierno europeo, cuando el eventual campeón Dortmund ascendió en la liga y el Bayern quedó rezagado en la segunda posición.
De todas maneras, sus flojas actuaciones como local no le impidieron al Bayern avanzar en el torneo continental, incluso con resultados cómodos como el triunfo 7-1 contra el Basilea suizo que le dio el pase a cuartos de final.
El equipo alemán tuvo otra actuación devastadora frente al Olympique Marsella, al que venció en ambos partidos por 2-0, para acceder a una semifinal contra el poderoso Real Madrid, nueve veces campeón de Europa.
«Hemos eliminado a los campeones españoles e ingleses», destacó esta semana el director deportivo del Bayern, Christian Nerlinger. «Hemos dominado en esta competición y esta final tapa cualquier otra cosa», añadió el directivo a la espera de un quinto título del Bayern en el principal torneo de clubes de Europa.
A continuación, las probables formaciones para la final del sábado en Múnich:
Bayern Munich: 1-Manuel Neuer; 13-Rafinha, 17-Jerome Boateng, 44-Anatolyi Tymoshchuk, 21-Philipp Lahm; 31- Bastian Schweinsteiger, 39-Toni Kroos, 25-Thomas Müller, 10-Arjen Robben, 7-Franck Ribery; 33-Mario Gomez.
Chelsea: 1-Petr Cech; 19-Paulo Ferreira, 4-David Luiz, 24-Gary Cahill, 3-Ashley Cole; 8-Frank Lampard, 15- Florent Malouda, 12-John Obi Mikel, 17-Jose Bosingwa, 10-Juan Mata; 11-Didier Drogba.
(Reporte adicional de Karolos Grohmann; Traducido por la Redacción de Madrid; Editado por Damián Pérez)