Para tener un físico impecable, una gran carrera y felicidad, la estrella de Traspass y Twilight confía en una sola persona: él mismo.
La carátula del iPhone de Cam Gigandet parece un parabrisas que recibió un balazo, con una telaraña de ranuras que se extienden desde el punto de impacto. Dejó caer el teléfono cuando viajaba en bicicleta en Los Angeles, Estados Unidos, pero todavía funciona. Eso resume en gran parte la personalidad de este hombre de 29 años. «Amo el dolor», afirma, con una sonrisa y medio en serio. «Amo el dolor».
Un verano, mientras esquiaba sobre agua con su familia en Washington State, en Estados Unidos, Gigandet chocó contra una boya. Le dolió mucho pero «continué esquiando para que a mis padres no entraran en pánico». Manejó casi 18 horas de regreso a Los Ángeles. Cuando le revisaron la pierna descubrieron que se había roto el peroné.
Mucho del éxito de Gigandet es gracias a su juego con el dolor, el cual se ha hecho más presente después de The O.C., su papel de malo en Never Back Down y luego como el vampiro James en Twilight, basado en la novela de Stephanie Meyer.
Pero todo comenzó en otro lugar, en el campo de fútbol americano, cuando hizo algo que ningún mariscal de campo de último año de preparatoria haría: renunció. «Me di cuenta que no me gustaba. Justo antes del primer juego, me fui. Eso ayudó. Pensé: El fracaso no me dañará como yo pensaba. Todo estará bien. Seguiré avanzando«.
Su papá estaba decepcionado. Gigandet y su entrenador no han hablado desde entonces. Pero Gigandet se dio cuenta de que cualquier felicidad debe venir de adentro. «El futuro no importa si no disfruto el ahora. Así que amo lo que hago ahora e intento amar lo que suceda. Hasta la fecha todo ha sido para bien». Tú también puedes hacerlo para bien.
Deja que la condición física te guíe
«Mientras crecía jugué deportes y por lo mismo me encanta el ejercicio, tener esos fundamentos hace que todo sea más fácil», explica. «Si tuviera que aprender todo ahora o concentrarme en conseguir el cuerpo que quiero, no estaría donde estoy en este momento. Si no tienes la base, no puedes ir más allá. Acabas siendo alguien bueno pero no mejor».
Deshazte de tu plan B
Gigandet piensa que diluye tu combustible, sea lo que sea que quieras hacer. «Cuando comencé todos me decían: Deberías tener un plan B, deberías tener esto o aquello. Ni siquiera lo pensaba, yo decía: Eso es como predecir mi futuro. No duraré nada«.
Acepta el miedo como acompañante
No eres actor, pero tienes que hacer audiciones: para el trabajo, citas, aceptación. «Vendes un producto que resultas ser tú mismo», expresa Gigandet. «Eso saca muchas inseguridades. Hay tanto miedo al fracaso porque éste es desenfrenado, está por todos lados. Era tan paralizante que no podía conseguir trabajo o siquiera disfrutarlo. Para llegar a donde estoy, tuve que aprender a vivir con miedo. Todo es miedo. Tienes que aprender a soltarlo y seguir hacia delante».
Trabaja todo lo que puedas
Los malos momentos sacarán de qué estás hecho. «Bueno, siempre puedes hacer lo que los niños de The O.C. hicieron y odiar tu trabajo», dice Gigandet. «Cuando estaba en ese programa, todos querían irse y hacer cosas más grandes. Imagino que eso es difícil. Puedes frustrarte todo lo que quieras, pero aún así tienes que presentarte a trabajar. La gente no quiere escuchar qué tan frustrado estás con tu carrera. Incluso en esos momentos tienes que tener un sentido de agradecimiento y profesionalismo sin importar qué hagas. A veces he estado enojado con todos y con el mundo. Desahógate en casa».
Por último, pierde tu trabajo
Cuando Gigandet se colaba al negocio, consiguió un papel en The Young and the Restless (la telenovela norteamericana). Su tiempo ahí fue corto; su contrato no fue renovado. «Tantas cosas se basan en tu confianza», explica. «Que te tengas que ir de una telenovela es lo más humillante del mundo, suficiente para deshacerse de tu confianza. Fue como: Si no soy bueno para eso, ¡no lo soy para nada! Fue duro. Pero aprendes que nada de esas cosas importa. Sólo sigues hacia delante».