La ciencia ha desmentido uno de los grandes mitos del deporte, aplicar hielo en lesiones musculares no es tan bueno como pensabas.
Por décadas, has puesto hielo en lesiones de todo tipo: desde un tobillo torcido, hasta músculos adoloridos, pensando que ayudaría, pero la ciencia ha descubierto que esto podría estar retrasando el proceso de recuperación.
Te han dicho que ponerte hielo reduce la inflamación, acelera la sanación y te ayuda a recuperarte de entrenamientos fuertes que acaban con tu cuerpo.
Desde LeBron James con las rodillas envueltas en paquetes de hielo y los pies metidos en una cubeta helada; hasta Tiger Woods que solía hablar de baños de hielo en su regreso al Campeonato de la PGA; incluso el mariscal de campo de los Jefes de Kansas City, Patrick Mahomes, apareció recientemente en un comercial sentado en una tina de hielo.
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Han pasado más de 50 años desde que el legendario pitcher de los Dodgers de Los Ángeles, Sady Koufax, apareció en una fotografía de Sports Illustrated en 1965 con el brazo izquierdo sumergido en una cubeta de hielo, un momento icónico en los deportes.
No todo es mentira, el hielo podría reducir el dolor momentáneamente. De hecho, muchos estudios han demostrado que el hielo puede retrasar la sanación, aumentar la inflamación y posiblemente provocar daño a los tejidos lesionados.
DIFERENCIAS DE PROFESIONALES
“El hielo es la mejor modalidad para controlar el dolor, la inflamación y la hinchazón, en especial si lo aplicas de 25 a 30 minutos para poder enfriar verdaderamente el tejido y reducir la inflamación, en comparación con hacerlo por periodos más cortos en los que puedes tener una respuesta de rebote».
Dr. Rick Wright, National Institutes of Health.
“Mis lineamientos de RICE se han usado por décadas, pero las nuevas investigaciones muestran que el reposo y el hielo pueden retardar el proceso de recuperación y sanación”.
Dr. Mirkin, coautor del libro
Iced! The Illusionary Treatment Option.
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No hay estudio que pueda negar que el hielo es el medio más barato, seguro y disponible que no provoca adicciones y ayuda a aliviar el dolor. Pero aquí va
una advertencia. El dolor regresará una vez que el tejido vuelva a calentarse y la respuesta inflamatoria se reanude.
Eso se debe a que los tres pasos de la curación de las lesiones: inflamación, reparación y remodelación, no se están cumpliendo.
LA PRIMER FASE ES LA CLAVE
La primer fase se da cuando el tejido se daña y el sistema inmune empieza la respuesta inflamatoria. En 2010, un estudio publicado en The Federation of American Societies for Experimental Biology Journal demostró que es necesaria para poder sanar el tejido
dañado y reparar el músculo en ratones.
El cuerpo convoca a su equipo de reparación y limpieza en forma de macrófagos, un tipo de glóbulos blancos que eliminan las células muertas y los restos de tejido: éstos producen la proteína insulina factor de crecimiento 1, la cual se requiere para reparar los músculos y regenerarlos.
Bloquear la respuesta inflamatoria aplicando hielo en lesiones musculares provoca que se compriman los glóbulos rojos, evitando que más fluido llegue al área lesionada.
Un estudio de 2013 publicado en The Journal of Strength and Conditioning Research descubrió que el enfriamiento tópico retarda la recuperación del daño muscular excéntrico inducido por ejercicio.

ALTERNATIVAS AL HIELO EN LESIONES
Olvídate de tu paquete de hielo en el congelador para llenar la tina, puedes
recuperarte más rápido (y seguro) con estos tres métodos que han demostrado reducir el dolor y estimular el flujo sanguíneo sanador.
1. Calor
El calor ayuda a dilatar los vasos sanguíneos, permitiendo que más oxígeno llegue al área lesionada, acelerando la recuperación. Puedes usar casi cualquier tipo de calor, desde bolsas calientes hasta una manta eléctrica o incluso una visita al sauna.
2. Movimiento
La mejor manera de llevar sangre a cualquier músculo: úsalo. No, no camines sobre el tobillo que te acabas de esguinzar. Pero en cuanto tu médico te diga que puedes aplicar un poco de presión y empezar a moverte, hazlo, y hazlo con frecuencia.
3. Estimulación eléctrica
Los aparatos de electroestimulación utilizan pequeñas cargas eléctricas para provocar contracciones no agotadoras en los tejidos musculares, acelerando el flujo de sangre en áreas lesionadas.
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