Mejora tu vida con matemáticas sencillas. Evita el estrés al desentenderte de las cosas que no puedes controlar.
1 El número de dígitos en tu cheque. En épocas de crisis los salarios más grandes son el objetivo principal del cañón corporativo. Un mejor indicador de cuánto vales es tu aumento anual. El promedio es 3%. ¿Cómo te fue este año?
2 El número de mujeres que te han dado entrada. Lo que importa es el número de las que te han dado acceso de nuevo. La primera vez nunca es perfecta, ríete del sostén necio que no puedes desabrochar o de los choques con cabeza. Diviértete y ella también lo hará.
3 El número de «ponies» de tu auto. La velocidad es divertida, pero es hora de poner los pies en la tierra. Si le dieras a escoger a una mujer entre un auto rápido pero de mal gusto o uno de cuatro cilindros que te pueda llevar a cualquier lado y que sea una máquina de viajes en carretera, ¿cuál crees que escogería?
4 El número de cervezas que bebiste anoche en el bar. Los niños las cuentan, los caballeros las disfrutan (de forma responsable por supuesto).
5 Tu coeficiente intelectual o el de alguien más. Mejor mide tus cojones. La sabiduría se obtiene al encontrar riesgos que valen la pena tomar. Cada uno cuenta como un éxito.
6 El número de «amigos» que tienes en Facebook. Puede que la Red conecte a las personas, pero tienes que superar su potencial de desconectarte.
7 El número de personas con quien durmió. Los celos no deben ser retroactivos. Analiza el caso de Cristobal Colón. El no fue el primero que descubrió a América; simplemente actuó como si lo hubiera hecho. Mira como acabó. El tipo tiene hasta un día festivo.
8 El total de canastas que hiciste. Todos esperan que hagas eso. Mejor cuenta tus asistencias, bloqueos, rebotes y robos de pelota. Trata de llegar, con una combinación de los anteriores, a 21 de éstos antes de que pase una hora en la cancha.
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9 El límite de tu crédito. ¿Y qué si no puedes comprar un viñedo sólo por capricho? Las tarjetas de crédito deslumbrantes importan solamente si puedes hacer los pagos. Los que la hacen de verdad en la vida pagan su saldo completo cada mes, lo cual le pega a los conglomerados de dinero plástico en donde más les duele: sus carteras.
10 Calorías. El monitorear tu ingestión importa, pero llevar un ábaco al restaurante sólo te guiará al fracaso. Cualquiera que sea así de estricto está destinado a subir de peso cuando su fuerza de voluntad falle (y sin duda lo hará). Cuida tus porciones, haz mucho ejercicio y disfruta lo que comes. Es todo.
11 El precio de tu traje. Aun el mejor conjunto de tres piezas te hará ver más cuadrado que Janet Reno si no está bien ajustado. Algunas telas modestas, junto con el toque de un sastre, pueden esconder el precio. Entonces, si no cuentas con mucho dinero, busca un mago de las tijeras y date permiso de conseguir las cosas que su magia no te dará: zapatos decentes, una corbata que combine y sea discreta y boletos para un lugar en donde puedas presumirlo todo.
12 El número de bullies a quienes les diste una paliza. Más importante: El número de bullies a quienes pusiste de tu lado.
13 El número de puntos en tu lista de pendientes. Llenar un formato con todas las cosas que tienes que hacer te mantiene organizado. Pero buscar un espacio en esa lista para algunas de las cosas que quieres hacer te ayuda a seguir adelante.
14 El número de discos que puedes ponerle a una pesa. Lo que realmente importa es la cantidad de buenas repeticiones que logras, no cuántos rugidos emites antes de reventar tus intestinos.
15 El número de estrellas en una crítica. Éstas tienen un propósito, pero filtrar cada película a través del mismo lente reducirá la diversión. Cuando a todos tus amigos les gusta la misma película, tienes un buen rato garantizado.