Cartier, o el rostro de un reloj moderno
¿Qué es un reloj moderno? La respuesta no está en esos artilugios digitales que brillan y vibran y hacen otras monerías. Un reloj moderno, como un guardarropas moderno, combina lo mejor de lo viejo y lo nuevo de maneras inesperadas. Este es el caso del Calibre de Cartier Diver, una de las creaciones más recientes de la famosa Maison de alta joyería y relojería. El movimiento fue desarrollado y ensamblado en la Manufactura Cartier según las tradiciones y técnicas que han pasado de una generación de relojeros a otra. Pero la yuxtaposición entre materiales y sensibilidades —el oro rosa combinado con acero; los clásicos numerales romanos con el deportivo brazalete en caucho—, hacen que este reloj pertenezca a nuestra época sin duda alguna.
Calibre de Cartier Diver con caja de 42 mm en oro rosa y acero, de Cartier. Cartier.com.mx
El cielo es el límite
Pocas actividades han tenido un impacto tan grande en la relojería masculina como la aviación, y pocos periodos en la historia han sido tan importantes para la aviación como la Primera Guerra Mundial. Es por eso que los llamados “relojes de piloto” suelen tener muchas características que surgieron en los cielos de Europa hace 100 años, cuando los hombres se lanzaron a los aires por primera vez para matarse unos a otros: las esferas amplias y limpias; los numerales grandes y fáciles de leer, y, sobre todo, las coronas de gran tamaño que eran fáciles de manipular aun si el piloto usaba guantes gruesos. Un reloj así no se ve anticuado sino eterno.
Desde la izquierda: Cronógrafo Shinola Runwell en acero (775 dólares); shinola.com. Zenith Pilot Type 20 Extra Special en acero (5400 dólares); zenith-watches.com. Tudor Heritage Ranger en acero (2825 dólares); tudorwatch.com. Bell & Ross WW1 Guynemer en acero y pvd (3700 dólares); bellross.com. Panerai Luminor 1940 Chrono Monopulsante Left-Handed 8 Days en titanio (22 500 dólares); panerai.com
Cuestión de materiales
No todos los relojes en acero inoxidable son iguales, pero el estándar de la industria relojera —la aleación llamada 316L— es excelente: un metal de calidad quirúrgica que soporta el maltrato, retiene el pulido y envejece con dignidad. Entonces cabe preguntarse por qué Rolex decidió invertir —e invertir en serio— para actualizar su maquinaria con el objetivo de usar la variedad de acero 904L. ¿Quizá sea porque, con el tiempo, el 316L se deteriora por el contacto con el agua de mar, poniendo en riesgo el movimiento del reloj al que debía proteger? ¿O porque el 940L, que tiene niveles más elevados de níquel y cromo, es más fuerte, duradero y resistente a la corrosión? ¿O quizá sea por el inigualable brillo del 904L? Los materiales importan y pueden marcar la diferencia entre un reloj para hoy y un reloj para siempre.
Oyster Perpetual Sea-Dweller 4000 en acero (10 400 dólares) de Rolex; rolex.com.
La excelencia invisible
La mayoría de nosotros evitamos las complicaciones en nuestras vidas, pero las complicaciones relojeras —cuyo desarrollo supone un proceso muy meticuloso— nos ayudan a tener una existencia más sencilla. Gracias a ellas podemos consultar la fecha, cronometrar una carrera u ocultar y revelar la aguja de las horas al apretar un pulsador, como sucede con el nuevo Hermès L’Heure Masquée.
Desde la izquierda: Cronógrafo Girard-Perregaux 1966 en oro rosa (36 400 dólares); girard-perregaux.com. Montblanc Meisterstück Heritage Moonphase en oro rojo (14 700 dólares); montblanc.com. Hermès Dressage L’Heure Masquée en oro rosa (43 750 dólares); hermes.com. Glashütte Senator Chronometer Regulator en oro rojo (31 500 dólares); tourbillon.com. Blancpain Villeret Double Timezone Alarm en oro rojo (31 600 dólares); blancpain.com.
La importancia del carácter
Fíjate bien en los cuatro relojes reunidos en esta página y notarás que no hay un elemento estético o técnico que los unifique. Cada uno fue manufacturado por una marca diferente que puede presumir una historia de peso y una identidad distintiva, y cada uno tiene sus propias peculiaridades e historias que contar. El robusto bisel del Nautilus de Patek Philippe; la brillante esfera azul del Portuguese de iwc; la malla metálica del Transocean de Breitling; el taquímetro rojo que recorre el contorno de la esfera del Mille Miglia de Chopard. Estos son algunos de los detalles que convierten a estos relojes en únicos, y que harán lo mismo por ti.
Desde arriba: Patek Philippe Nautilus con fases lunares Ref. 5712G en oro blanco (46 700 dólares); patek.com. Chopard Mille Miglia 2014 en acero (5520 dólares); chopard.com. IWC Portuguese Chronograph Classic Laureus Edition en acero (10 800 dólares); iwc.com. Breitling Transocean Chronograph Edition en acero (9695 dólares); breitling.com.
Relojes para ser usados
La señal más clara de que un reloj nació para ser usado —a diferencia de aquellos que sólo consultas para saber la hora— es la presencia de dos pulsadores arriba y abajo de la corona, característicos de muchos cronógrafos. Gracias a esos pulsadores y las subesferas correspondientes, un hombre puede cronometrar un evento y llevar a su reloj en busca de un poco de diversión.
En sentido horario desde la izquierda: Jean Richard Aeroscope Black Dial en titanio (5100 dólares); jeanrichard.com. Audemars Piguet Royal Oak Offshore chronograph en acero (25 600 dólares); audemarspiguet.com. Omega Speedmaster Mark II Co-Axial chronograph en acero (6250 dólares); omegawatches.com. Hublot Big Bang Ferrari Ceramic (29 800 dólares); hublot.com. TAG Heuer Carrera Special Edition Monaco Grand Prix chronograph (6600 dólares); tagheuer.com.
Fotografías de Ben Goldstein