Apuntes sobre la colección de Ermenegildo Zegna Otoño Invierno 2021. Un trabajo desde el análisis entre reinvención, adaptabilidad y canon.
La pandemia no sólo nos puso a prueba en términos de planeación, supervivencia, capacidad de respuesta y solidaridad. También nos ha dado la oportunidad de ver cuán trillados podemos ser para decir que, justamente, fuimos puestos a prueba. Una tautología, en pocas palabras. Una que nos reta a pensar desde qué lenguaje y mediante qué idioma seremos capaces de hablar sobre los distanciamientos de 2020 y sus profundas consecuencias. Un ejercicio para no quedar como opinólogos domingueros. Mejor aún: para trazar las letras con que diremos las soluciones posibles a esto. Es decir, plantarnos de cara a la prueba real. La que exige actuar y no sólo se presume o fanfarronea (en cierto tono autocompasivo). La que advierte compromisos y consciencias en el aire.
Y actuando en los terrenos de la moda —como en otros campos creativos y del pensamiento—, vaya que hemos tenido esta oportunidad. En algunas ocasiones con mejor respuesta que otras, claramente; pero allí ha estado. Y lo más interesante de todo ha sido ver aquellas ideas que mejor escapan de lo esperado. ¿Que de por sí es cansado seguir tomando la pandemia como tema central de nuestros trabajos? Por supuesto, pero ¿de qué más podríamos hablar ahora, si no es de ella y sus aristas? Además, como ya se dijo: lo esencialmente valioso se encuentra en las preguntas y acciones que esto puede detonar, no en el tema por sí.
Caso ejemplar, la colección de Ermenegildo Zegna para otoño invierno 2021: The (Re)Set. Una puesta en escena que —desde su conceptualización misma hasta su formato— se trabajó desde el ya clásico statement de la reinvención; pero que desde el horizonte de una marca como lo es ésta, se entiende drástica o proactiva. Incluso un poco disidente con respecto a su propio canon.
A raíz de dicha propuesta, de la re-definición del mundo Zegna —alejándose un tanto de su tradicional formalidad— a cargo de Alessandro Sartori, algunos apuntes importantes:
Nueva mentalidad / Nueva lógica
Ante todo cambio en la humanidad, sería impensable que la moda no hiciera lo propio. Es más: se espera que ésta actúe primero. Sin embargo, las alertas no fueron lo suficientemente fuertes para advertir la llegada de un virus como el que hoy nos aqueja. Por otro lado, esta nueva vida —cuya máxima de resguardo es compartida, pero no posiblemente ejecutada por todos— aceleró una actitud que ya notábamos antes en la atmósfera. Que el leisurewear rompía velozmente los límites con la indumentaria habitual; lo cual obedece a una actitud y un razonamiento que ya se adecuaban a nuevas políticas, economías e intereses en la sociedad. Zegna reinterpreta sus códigos, entonces, no para renunciar a su público u origen, sino para sostener un buen diálogo con la época. Y sus resultados son ejemplo de cómo puedes ser coherente con el tiempo, sin olvidar tus raíces o público objetivo.

Flujo
Zegna otoño invierno 2021 demuestra (y se suma) a otra gran verdad: la manera en que transitamos por los espacios se ha impermeabilizado. Es decir, al cambiar de un espacio privado a un espacio público —cuando se puede—, cuando las tareas profesionales se diluyen con la agenda y los ámbitos personales, es natural que el diseño termine por fusionarse y abandone su permeabilidad entre hábitats.

Género
Como consecuencia de lo anterior, podemos ser testigos —hoy más que en otras ocasiones— de cómo el género es una formulación pasajera que, si bien comparte quiénes somos, no aporta cabalmente a nuestra completud. La liquidez con que el género se neutraliza es otro signo de la contemporaneidad que no se puede olvidar; y es claro que la firma que no lo entienda, será aquella que perezca. La aparición de cuerpos femeninos en un desfile no implica la apertura a ese género, sino la palpable renuncia a la masculinidad rígida sobre las prendas.

Cambio (y adopción) de ecosistemas
Desde el film que acompañó a esta colección de Zegna hasta sus posibilidades de uso, sabemos que todo el diseño propuesto de ahora en adelante se volcará hacia los espacios domésticos, privados, circunscritos a lo personal y que no necesariamente se aleja de su core. Hábitat e indumentaria siempre van de la mano, y hoy vemos cómo la arquitectura y el diseño industrial logran mejor que nunca esa simbiosis con la moda. Evidenciando que ésta no se dispone primordialmente al aire libre, sino a su lógica con el indoor y los viajes cortos, bajo esquemas de comodidad.

Adhesión
Y en estos temas, justamente es donde Ermenegildo Zegna potencializa sus aportaciones. Dirigidas a la fusión entre necesidad, confort y bienestar, con un lujo de tanta herencia como es el suyo. Todo para poder insertar sus palabras y estéticas en una narrativa tan grande como es hoy el wellness; una preocupación que abarca todo lo que hacemos y todos los lugares que (sí) ocupamos. Otoño-invierno 2021 se anuncia conveniente. Fluido. En la búsqueda por la tranquilidad.
Porque de aquí a un año, además de vestir para vivir en sosiego, ¿quién lo haría con otro cometido? Ya veremos para después.