El estrés es la pandemia del siglo XXI
El estrés se ha convertido en una de las pandemias del siglo XXI. Las cifras son impresionantes. Según la doctora e investigadora para la UNAM, Erika Villavicencio Ayub, el 85% de las empresas en México son tóxicas para sus dueños, directivos y trabajadores.
Esto significa que no cuentan con las condiciones adecuadas para el desempeño de sus empleados, no cuidan el talento humano y generan diferentes trastornos entre los que destaca el estrés laboral (artículo)
Al otro lado del charco no les va mucho mejor. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) el 59% de los trabajadores en España padecen estrés (artículo)
Aprende a lidiar con el estrés
Así qué, si quieres mantener tu estilo de vida y mejorarlo, debes aprender a lidiar con el estrés igual que haces con tus impuestos, los gastos de tu casa y la planificación de tus viajes. El estrés ha llegado a nuestras vidas y parece que no tiene intención de irse.
Por fortuna ya existen gran cantidad de soluciones avaladas científicamente para ayudarnos a regular el impacto que el estrés tiene en nuestras vidas. Veamos algunas de ellas.
Cuidar el descanso
Si quieres que tu cerebro tenga tiempo de eliminar todas las toxinas que generamos a diario en forma de radicales libres y residuos de hormonas como el cortisol debes tomarte esta recomendación muy en serio. El cerebro aprovecha el descanso nocturno para limpiar estos desechos. El encargado de esto es el llamado sistema glinfático (si glinfático, no linfático) Este opera a 10 veces más velocidad durante la noche que durante el día. Mantener unos espacios de descanso relajados, limpios, bien recogidos y a salvo de aparatos electrónicos y mantener unos horarios estables a la hora de irnos a dormir nos garantizará una correcta recuperación nocturna.
Técnicas de respiración
Existen numerosas técnicas de respiración y muchas de ellas se han estudiado científicamente. Ahora sabemos que al practicarlas podemos influir en ciertas áreas del cerebro como el sistema parasimpático, el cual nos ayuda a relajarnos profundamente. Veamos dos estrategias muy sencillas que podrás utilizar en cualquier momento del día cuando sientas que estas perdiendo el control.
Respiración abdominal. Se trata, como su nombre indica, de respirar con la parte baja del abdomen. Una manera fácil de aprenderlo es tumbarse boca arriba con un libro en el pecho y tratar de respirar sin mover el pecho. De esta forma obligarás al diafragma a moverse y podrás usar la parte baja de los pulmones que con la respiración torácica nunca utilizas. Así incorporas mucho más oxígeno al torrente sanguíneo y aumenta la capacidad del cuerpo de eliminar toxinas.
Respiración relajante Muy apropiada para combinarla con alguna técnica de relajación. Lo que hay que hacer es inhalar con normalidad y tratar de exhalar en el doble de tiempo que inhalaste. Así vaciarás completamente los pulmones. Puedes probar inhalando mientras cuentas mentalmente dos segundos y exhalas contando mentalmente 4 segundos.
Mindfulness
Desde los años 70 el doctor Kabatt Zinn, inventor del sistema, lleva investigando sobre el mindfullnes y sus efectos sobre el bienestar de las personas. La definición del término es atención o consciencia plena. Su práctica está basada en conectarse con el momento presente convirtiéndonos en observadores de nuestros pensamientos de manera desapegada. Esto, según los estudios, ayuda a desarrollar una capacidad más analítica de las situaciones y a centrarnos más en la búsqueda de soluciones.
Los practicantes de mindfullnes reportan una mejora general en su calidad de vida y sensación de bienestar. Esto ocurre con 20 minutos al día de entrenamiento.
Hidratación
Una de las más evidentes y la que más fácil pasamos por alto. El cerebro es prácticamente un 90% agua y es el primer órgano que se deshidrata dando como resultado perdidas en la capacidad de mantener la atención, cefaleas e insomnio.
Para evitarlo simplemente bebe agua a lo largo del día. Y recuerda que debe ser agua con minerales, no agua purificada. Para no equivocarte escoge siempre aguas de manantial cuando sean embotelladas. El agua del grifo filtrada también es una excelente elección.
Juan Carlos Domínguez
Periodista científico y especialista en alto rendimiento.
www.jdominguezr.com