Seleccionar el nombre que llevará un auto es como elegir el nombre de un hijo. Descubre cómo lo hacen las marcas.
Cuando se trata de escoger un auto, existen compradores que lo ven como algo más que la simple elección de un vehículo para transportarse. Diseño, color, comodidad, tecnología… son factores que juegan un papel clave, sin embargo, el nombre del modelo es muchas veces aún más determinante en esa decisión final.
Lo que las marcas de la industria automotriz buscan, es producir un vínculo emocional que se impregne en el inconsciente del público, generando un perfil concreto que refleje la personalidad del auto en relación con el mercado al que está pensado dirigirse, mismo que en algunas marcas varía de acuerdo al país donde se distribuirá el coche.
En términos técnicos las posibilidades se reducen a una de tres opciones: Nombres descriptivos o palabra real, Nombres sugerentes o compuestos y Nombres abstractos o acuñados. En todos los casos deben ser únicos y cumplir con ciertos requisitos legales, razón por la cual no hay un solo coche, de diferente marca, con el mismo nombre en el mundo.
En pocas palabras los nombres deben ser breves, distintivos y apropiados para poder convertirse en memorables y provocar que cuando la gente los escuche, de inmediato refiera en su subconsciente el modelo y la marca a la que pertenece.