Hace unos 14 años, Sarah Barlondo recorría una carretera europea cuando un accidente cambió su vida para siempre. De la noche a la mañana, parecía que sus dos sueños estaban muertos junto con su mano derecha: el de ser tenista, y el de ser actriz. No podría haber estado más equivocada: a finales del año pasado, la vimos compartir pantalla con la superheroína del momento en Wonder Woman 1984.
Entre secuencias de pelea, uno podría no percatarse de la prótesis que lleva desde ese momento. Y es que, para Sarah, la discapacidad no le ha impedido tomar el volante de su carrera para llegar a Hollywood. La actriz de origen francés se ha forjado una carrera en la televisión mexicana al mismo tiempo que da el siguiente gran paso a las alfombras rojas más codiciadas del planeta.
Sin embargo, el sueño nunca estuvo tan claro. Tampoco fue un camino simple. «Nunca elegí ser actriz,» confiesa a Esquire. «Siempre fui inmadura cuando se trataba de saber que buscaba hacer con mi vida. Como todo lo que me ha pasado, se me cruzó en el camino».
«A partir del accidente aprendí cómo se ve la gente desde los ojos de los demás, y los juicios que se pueden hacer».
Multitalentosa y multicuriosa, Sarah encontró su pasión hacia la actuación por suerte. A los 16 años fue descubierta por la esposa de Eugenio Cobo, director del Centro de Educación Artística que ha formado a las grandes estrellas de los canales nacionales. Cada torneo como tenista profesional, clasificada mundialmente en la gira de la ITF y la WTA, la traía de vuelta a México, un segundo hogar donde se acercó al mundo de la telenovela.
«Desde mi primera audición lo supe. Fue muy similar a lo que me pasó con el tennis,» explica. «Hice muchos deportes antes: gimnasia, baile… No tuve ese momento de claridad hasta que lo probé. Fue lo mismo con la actuación. De repente, me di cuenta que sí quería ser actriz.»

Sarah perfeccionó su oficio en el Cours Florent en París y el Lee Strasberg Theatre and Film Institute en Nueva York, antes de aparecer en varias series de televisión mexicanas, francesas y estadounidenses, así como largometrajes británicos. Sin conocer actores nacionales o incluso la cultura de la telenovela, se introdujo al mundo del entretenimiento mexicano por aquella coincidencia.
«Me sentía muy cansada de tener que esconder mi discapacidad y no sentirme normal, o sentirme fuera de los estándares del medio. ¿Por qué no cambiarlo?»
«Yo no conocía Televisa,» dice Sarah, hablando del momento en que se inició en el Centro de Educación Artística. «No conocía a los famosos, no tenía ni idea. Había una espontaneidad de cruzarme en los pasillos con alguien y me decían: «¡Ella es Yuri!» Era muy emocionante y a la vez pensaba, ¿quién es Yuri?»
Y de ahí, a Hollywood: ahora podremos ver a Sarah actuando junto a Gal Gadot en Wonder Woman 1984. Una misión de superheroína le dio la plataforma que necesitaba para darse cuenta que una discapacidad no es obstáculo para lograr un sueño, incluso en una industria marcada por estereotipos de belleza.

Tras una pausa de unos cinco años en el que escondía su mano y optó por el camino de la arquitectura forense, estudiando en el Parsons School of Design de Nueva York, el cine volvió a llamar a su puerta. Audicionó para unn casting de una producción desconocida, y a los pocos días se percató que posiblemente se trataría de la saga protagonizada por Gal Gadot.
«Lo mas importante es rodearte de gente que comparta la misma misión».
«Sin duda estaba otra vez el miedo de perder el trabajo,» contó Sarah, quien reveló que en varias ocasiones perdió oportunidades por la prótesis que debe llevar cuando se daban cuenta en las pruebas de vestuario. «Sospechaba que habría escenas de combate, y no puedo lastimarme. Así que antes de saber de qué se trataba entré a clases de kickboxing, para aprender cómo adaptar los movimientos y hacer que funcionaran para mí así como para la cámara».
«A mi mano todo el tiempo le decía ‘la fea, la fea’,» confiesa. «Hasta que mi novio me dijo que ya no lo hiciera: ‘no es fea, es especial’.» Y así fue, también, cuando le dijo a Patty Jenkins que tenía una prótesis para las escenas de acción en el set de Wonder Woman 1984.
«El primer día, en el set había escenas de coordinación física. Gal me tenía que agarrar y ‘golpearme’. Yo la tenía que empujar. Entonces tuve que hablar con Patty Jenkins, sabiendo que me arriesgaba a perder el papel. Me agradeció que lo hubiera compartido, pero fue como si ni siquiera tendría que habérselo dicho. Eso me devolvió un poco de fe en la industria».
La película, que se estrenó a finales del año pasado, sigue las aventuras de Diana Prince y Steve Trevor en la década de los 80s mientras se enfrentan a Max Lord y Cheetah —muchos años tras la conclusión de la primera entrega de la saga. Está dirigida por Patty Jenkins a partir de un guión que escribió con Geoff Johns y Dave Callaham. Gal Gadot interpreta a Wonder Woman, junto a: Chris Pine, Kristen Wiig, Pedro Pascal, Robin Wright y Connie Nielsen.
Próximamente podremos ver a Sarah Barlondo en Framed, una producción independiente basada en sus diarios de cuarentena en la pandemia.