En muy, pero muy resumidas cuentas es uno de los productores de la nueva película de Martin Scorsese, así platicó Gastón Pavlovich con Esquire.
El productor repite mancuerna con el director de Goodfellas y estrenará en México junto a De Niro The Irishman en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos
Las pasiones más grandes de Gastón Pavlovich son la economía y la literatura; por ello, luego de trabajar una temporada en la política mexicana, en dependencias como PEMEX, la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Agricultura, el originario de Agua Prieta, Sonora se adentró en la que sería la aventura de su vida: producir cine.
Era mi oportunidad, mi oportunidad de decir: ‘Aquí estamos, pongamos la bandera de México, decir: ‘Sí podemos’. Lo vamos a hacer bien, nos vamos a posicionar, y así sucedió
“Siempre he creído que esto vino por mi sincero amor por la literatura; leer una historia, imaginártela vivamente. A los que nos gusta mucho la literatura creo tenemos una imaginación más vivida, nos imaginamos las historia. Yo desde chiquito escribía mis propias historias”, recuerda Pavlovich en exclusiva.
Así iniciaría en su primera incursión en la pantalla grande: El Estudiante, película basada en la historia de sus abuelos y que se convirtió en una de las más taquilleras hace una década, en 2009.
“Tengo amor por las historias, por contarlas, leerlas, y vivirlas. A raíz de eso creo que vino el tema de escribirles un homenaje a mis abuelos, con la claridad de imaginarme cada palabra que escribía plasmada en una visión. Ahí dije: ‘esto debe ser película’. Como a muchos, me gusta el cine, pero no era mi intención (dedicarme a esto); sin embargo se fue acalorando mi camino y hoy estoy más apasionado que nunca por el cine”, subraya.
Su primera película buscaba inspirar, sensación que Gastón Pavlovich sintió al ver Cinema Paradiso; sentimiento que le pudo compartir al propio Giuseppe Tornatore.
“La película que más me ha influenciado es Cinema Paradiso, me dejó una huella en el alma. Y ahora que soy productor, y puedo producir internacionalmente, me atreví a buscarlo sólo para decirle que fue una influencia para mí. Me aceptó en su oficina en Roma. Fue magnífico”, rememora.
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Luego de que El Estudiante lo impulsara a levantar proyectos como Max Rose -que se presentó en el Festival de Cannes de 2013-, y la compleja A Hologram for the King (2016), de la mano de Tom Tykwer y Tom Hanks, la gente de Scorsese buscó a Pavlovich para intentar concretar un sueño: llevar al cine Silence, historia que mostró cómo en el siglo XVII, dos sacerdotes jesuitas portugueses viajan a Japón intentando encontrar a su mentor.
“Fue una apuesta, decir: ‘me posiciono hoy o nunca’. O hago algo importante ahora o mejor me dedico a otra cosa’. Porque yo sabía de los riesgos que traía Silence, y más cuando vi la cantidad de productores que se cayeron, que no pudieron o se retiraron, o los miles que dijeron: ‘No quiero’ ¡Imagínate decirle ‘No’ a un proyecto de Scorsese! También fue una batalla legal, tuvimos que ir a juicio y a corte por gente que reclamaba derechos de la película, y yo como productor tuve que defender a Scorsese, a la película. Fue un proceso legal con gran cantidad de abogados, y un reto financiero gigantesco; porque no existía realmente una estrategia financiera. Él traía su visión, su pasión por un proyecto que quería hacer desde hace 28 años, y que transmitía muy bonito; pero ahora: convierte eso en números”, matiza.
“Era mi oportunidad, mi oportunidad de decir: ‘Aquí estamos, pongamos la bandera de México, decir: ‘Sí podemos’. Lo vamos a hacer bien, nos vamos a posicionar, y así sucedió”.

TRABAJAR CON SCORSESE
Silence, cinta protagonizada por Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson, llevaría a Scorsese, Gastón Pavlovich y a su equipo, a una cruzada que incluyó filmar en Taiwán y China; esto aun cuando la historia tenía lugar en Japón.
“Hubo contribuyentes de todo el mundo; rusos, israelitas, chinos, mexicanos, de Estados Unidos. Hicimos lo que llaman ‘preventa’, que esos aportantes dan dinero a cambio de derechos de territorios. También Taiwán nos dio un incentivo fiscal gigantesco para hacer ahí la película; debería haberse hecho en Japón, pero Taiwán nos dio más apoyo, nos ayudó mucho. Paramount también aportó y finalmente concretamos lo necesario para hacer la cinta, que fue un reto gigantesco en todos los sentidos”, recuerda.
Luego de que Silence le otorgara una nominación al Oscar a otro mexicano: al cinematógrafo Rodrigo Prieto, además de acumular varios premios de la crítica, Pavlovich recibió un reconocimiento especial por parte de ‘Marty’ -como apodan sus amigos a Scorsese-: ser uno de los productores de: The Irishman, la más reciente cinta del icónico director de Toro Salvaje, Gangs of New York o El Lobo de Wall Street, y que recaudó una cifra récord como película independiente.
“Cuando entré y agarré The Irishman, y sacamos los derechos, hicimos el primer presupuesto y superaba los 90 millones de dólares. Yo no sé cuántas películas independientes lleguen a 90; de verdad creo que no hay; creo fue la primera verdaderamente independiente que superaba esa cifra. Y en el camino subía y subía el presupuesto; el director quería esto, y lo otro. Desperté una mañana y dije: ‘Ya estamos en 120 millones’, es imposible. Pero luego rompimos récord en Cannes (2017) con la mayor preventa jamás hecha en la historia, esa la hizo un mexicano: yo. Ingresamos 50 millones de dólares para una película de 90”, revela.
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“Yo la iba a financiar con preventas; vendiendo territorios en todo el mundo, además con incentivos fiscales de Nueva York, y luego iba tras la parte de inversión; otra vez de rusos, americanos, y un par de mexicanos, para completar”.
El presupuesto se complementó con la llegada de Netflix, quien aportó una alta cifra (que por contrato Pavlovich no puede revelar) con tal de tener los derechos de distribución.
“Afortunadamente eso nos resolvió la vida a todos; porque Scorsese pudo entonces hacer una obra como él quería hacerla: sin limitaciones”.
Scorsese es un hombre que se prepara muy bien, con todos los actores y con todo el equipo de producción tiene mil pruebas. Cuando todo mundo llega al set, es como relojito, no hubo problema. Nueva York es para ellos como el patio trasero de casa; lo conocen perfectamente bien

THE IRISHMAN LA CULMINACIÓN DE UNA ERA
Además del presupuesto, otro de los retos más grandes de esta épica película sobre el crimen organizado en la época de posguerra en Estados Unidos, fue reunir a tres emblemáticos actores: Robert DeNiro (que colabora por décima vez con el director), Al Pacino y especialmente Joe Pesci, quien estaba retirado.
“Pesci fue muy difícil convencer, aunque no lo crea la gente, él no quería. Requirió que sus cuates: Martin Scorsese y Robert De Niro fueran a visitarlo 70 veces a su casa a tratar de convencerlo. Él estaba retirado, ya no quería nada que ver con Hollywood, ni con películas; ellos batallaron en serio. Como productor yo sólo estaba a la espera, con su contrato listo, pero se acercaba el tiempo y nos seguía faltando ese personaje, un personaje central. Ya estábamos empezando a pensar en alternativas, pero De Niro y Scorsese nunca se rindieron; insistieron y lo lograron”.
La historia tiene lugar en distintas épocas de Nueva York, ciudad con la que Scorsese y DeNiro tienen una conexión especial.
“Scorsese es un hombre que se prepara muy bien, con todos los actores y con todo el equipo de producción tiene mil pruebas. Cuando todo mundo llega al set, es como relojito, no hubo problema. Nueva York es para ellos como el patio trasero de casa; lo conocen perfectamente bien”.
La película está narrada desde la perspectiva del veterano de la Segunda Guerra Mundial: Frank Sheeran (De Niro), un estafador y sicario, quien trabajó con algunas de las personas más destacadas del siglo XX. A lo largo de varias décadas, la cinta se enfoca en uno de los mayores misterios sin resolver: la desaparición del líder de la Hermandad Internacional de Teamsters: Jimmy Hoffa (Pacino). En ese sentido, y para abarcar distintas edades de los personajes, este filme requirió una tecnología especial.

“Fue tardado tener la tecnología para rejuvenecer. Cuando la recibimos, hace casi tres años, estábamos haciendo pruebas y sí nos preocupamos un poquito porque se notaba; y Scorsese no quería que fuera evidente esa tecnología en las caras. Casi tres años después, cuando ya estábamos en post producción, la tecnología había mejorado; entonces el único problema fue el tiempo que Scorsese le quiso dedicar: le dedicó un año entero como buen artesano que es, pixel por pixel, detallito por detallito, para que se viera lo más perfecto posible. No es un problema técnico, pero retrasó la salida de la película prácticamente un año”.
Para este mexicano, The Irishman, cinta que inaugurará el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, y que tendrá una pequeña corrida comercial en México a partir del 15 de noviembre, dejará una huella cinematográfica, por la manera en la que cierra un ciclo.
“Va a ser muy importante la manera en que Scorsese, junto con su banda: Pacino, De Niro y Pesci, cierran un círculo tan importante en sus vidas; no sólo de decir: ‘es la última vez que vamos a trabajar todos juntos’, sino que en la misma película está plasmado su mensaje, lo que realmente piensan del mundo de los mobsters. Eso me sorprendió, lo vi un poco en el guión, pero Scorsese le agregó un toque que me cautivó. Me encantó la manera en que cierran ese ciclo de vida en el que juntos se han dedicado a hacer cosas importantes”.
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EL CINE, EL ARTE Y EL NEGOCIO
Si bien ya está en las ‘grandes ligas’, Gastón Pavlovich no se ha dejado ofuscar por la fama, o por los personajes con los que trabaja, y siempre ha conservado su foco como productor de que las películas, son un negocio.
“He entendido que al final del día, como me lo dijo en alguna ocasión un director importante de Estados Unidos, esto es showbiz; la gente se concentra en el ‘show’, y pocos nos enfocamos también en el ‘biz’ (buisness). Entré a esta aventura del cine con una óptica de tratar de diseñar una empresa y que a la vez pudiera ser negocio; además de vivir la creatividad que me gusta vivir. Mi experiencia como economista, como empresario, sí me ha ayudado a sentarme con gente importante a hablar de temas relevantes como los números relacionados a hacer una película, tratar de lograr que la gente no pierda (dinero)” explica Gastón Pavlovich.
Y a diez años de distancia, Gastón Pavlovich espera seguir aprendiendo, y continuar, junto a su empresa: Fábrica de Cine, haciendo industria en México.
“Cada vez me enfoco más, y recuerdo. Tomo en cuenta mis errores; dónde me equivoqué, por qué, o qué hubiera hecho diferente. Para mí éste ha sido un camino de aprendizaje extraordinario, uno que me hace sentir que esta es una oportunidad de crecer y casi de renacer. Ahorita estoy en un proceso de reestructurar mi empresa, y mi visión; todo para renacer con base a mi experiencia” concluye Gastón Pavlovich.

ESQUIRE FACTS
- Otro de los proyectos más grandes de Pavlovich fue The Professor and the Madman, con Mel Gibson y Sean Penn como protagonistas.
- The Irishman fue filmada entre Nueva York y New Jersey; sobre todo en Brooklyn.
- Hace algunas semanas, Pavlovich estrenó otra película que produjo en México: 108 Costuras, protagonizada por Kuno Becker, José Ángel Bichir y la ex Miss Universo Ximena Navarrete.
- Actualmente el productor trabaja en la producción de Left to Tell, que los llevará a filmar en Ruanda.
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