Daniel Krauze regresa a las librerías con Tenebra, una novela que retrata con crudeza y verosimilitud la esfera política mexicana.
Daniel Krauze regresa a las librerías con Tenebra después de 8 años en los que habíamos sentido una fuerte ausencia del escritor.
Ocho años después de su última novela Fallas de Origen, (premio Letras Nuevas de Novela en 2012) Daniel Krauze vuelve con un thriller político, producto de más de cuatro años de trabajo y mucha investigación.
DANIEL KRAUZE REGRESA CON TENEBRA
Publicada por el sello Seix Barral de Grupo Planeta, Tenebra narra la historia de dos personajes en paralelo: Julio Rangel un político y Martín Ferrer un abogado.
Como dice la sinopsis “Con una prosa ágil y sólida, en esta novela discurre en paralelo dos vidas y dos historias familiares sobre un solo escenario: la selva del poder… En Tenebra se revela con crudeza la podredumbre de un sistema —un modo de ser— fundado en dos máximas únicas: el interés propio y el uso del prójimo.”
Así, Daniel recrea la realidad de una sociedad corroída por la corrupción, las tranzas, los despilfarros y la venganza.
ESQ:Empecemos por Tenebra, ¿Qué nos puedes contar del libro?
Te diría que es un thriller político. Es un thriller político peculiar porque es un thriller político que ocurre en México y eso implica que a los malos no se les puede ganar.
El villano de la novela es genuinamente invencible, y es invencible porque los políticos mexicanos son mayormente intocables. Imposibles de desaforar, imposible de quitarles el puesto, de mandarlos a la cárcel.
México es un país donde nunca nadie renuncia y te pones a ver, pase lo que pase, un político por su propia voluntad o por un error que ha cometido, no renuncia.
Entonces mi novela está dividida en dos personajes; uno que forma parte de la política y otro que lo está, digamos, cazando o persiguiendo.
Y este personaje que está atacando y persiguiendo a los políticos, pues simplemente no los puede vencer por qué los políticos mexicanos son intocables.
Diría que es un thriller político pero que tiene elementos como de anti thriller porque no se puede vencer al villano.
ESQ: ¿A quién le puede interesar este libro?, ¿Hacia qué público está dirigido?
Fíjate que intento escribir para mí. Yo soy mi primer lector, evidentemente, y el libro me tiene que convencer a mí. Creo que es imposible escribir intentando agradarle a un público específico.
Y quiero creer que es un libro que le va a llamar la atención a cualquier persona que haya vivido y crecido en nuestro país.
Es decir, es producto de una investigación realmente muy larga de mi parte, en el que me metí tan a fondo como pude en la política para narrar cosas muy apegados a la realidad, que el lector no solamente no ha leído en una novela, sino que probablemente no sabe de cómo opera la política en México.
Entonces de alguna manera la novela es como una especie de llave maestra que te abre un cuarto secreto a la política mexicana y que mucha gente, –muchísima gente, sobre todo gente no está apegada a ese oficio– desconoce.
Entonces, yo creo que si vives en México, te debe interesar, y si te indigna la política mexicana pues más todavía.
ESQ: ¿Por qué el título?
Escogí el título, porque bueno, yo te hablaba de la investigación que hice y a lo largo de mi investigación, pues entrevisté a políticos, funcionarios, ex funcionarios, abogados, reporteros, periodistas, todo tipo de gente.
En una de estas entrevistas creo que un abogado en donde el estaba hablando de un trato entre políticos “hecho en lo oscurito”, y me dijo algo así como; “ya sabes son de esas cosas que pasan como en la tenebra mexicana”, refiriéndose justo a lo que ocurre en lo oscurito, tras bambalinas en la política en México.
La palabra me pareció muy evocativa. Solamente de oírla me pareció que me remitía exactamente lo que yo quería que transmitiera mi novela.
Lo que ocurre tras bambalinas, debajo de la mesa, lo que está pasando pero no vemos.
Además es una palabra que viene apegada a lo tenebroso, con lo oscuro y ciertamente, la novela es una novela oscura por las cosas que pasan y que se llevan a cabo en un universo más o menos salvaje.
Y entonces, aunque la palabra no existe en el diccionario, me parecía que remitía a cosas en mi novela, me hacía sentir que formaba parte del mundo de mi novela.
ESQ:¿Y la portada?, ¿Es un guiño a Cuervos (2007)?
Si. Yo no la escogí, la escogió mi editorial porque sentían –y yo también estuve de acuerdo– que si tú lees Cuervos (es la historia de un montón de gente en sus veinte tempranos y en su adolescencia) esa portada de este hombre con una máscara o con un cuervo en la cara, daba a entender que esos personajes de los que hablé en Cuervos, crecieron y ahora, a sus 37, 38, 40 ocupan algunos puestos de poder en México.
Es decir, esos personajes que tú lees en Cuervos son ahora los protagonistas de Tenebra. Entonces nos parecía que al vincular Cuervos con Tenebra de alguna manera creaba una especie de hilo que conectaba no solamente a Cuervos, sino también a Fiebre, que es el libro que le sigue a Cuervos y por supuesto también a Fallas de Origen, que ocurre también en un universo más o menos similar a Cuervos sin duda y también a Tenebra.
De alguna manera era como hilar todos los libros con una portada. Esa era la idea.
ESQ:¿Por qué elegiste dos voces narrativas distintas para contar la historia?
Primero que nada porque quise plantearme un reto. Muchas veces como escritor, o como creador de cualquier tipo de, –entre comillas, digamos, esa palabra pretenciosa– creador de arte, plantearte retos es lo que muchas veces hace que te mantengas enganchado con aquello que estás creando.
En este caso el reto que yo quería plantearme era tener dos voces en primera persona que se distinguieran completamente una de la otra. Pero no solamente por el capricho de tener dos narradores en primera persona, sino usar dos narradores para tener dos voces completamente diferentes en dos personajes que aparentemente son completamente diferentes uno del otro.
No sólo físicamente porque, digamos, Martín es rubio y es un rico venido a menos, mientras que Julio es un hombre de tez oscura al que le dicen “el negro” que era pobre y ahora es rico. Uno, por una parte, formaba parte del mundo de la política, pero ya no.
El otro, no formaba parte del mundo de la política pero ahora si. Es decir, es un poco como el Yin y el Yang, el blanco y el negro. Por eso me interesaba tener dos narradores que fueran tan distintos, o tan aparentemente distintos entre sí.
ESQ: ¿Con qué personaje te identificas más, Julio o Martin?
Yo me siento más cerca de Martín, que es, digamos, –entre comillas– el héroe de la novela, mientras que Julio es aparentemente el antagónico. Hay cosas de su relación con su padre, con su madre.
Hay sobre todo una mirada de cómo ve el pasado, cómo ve el mundo y cómo ve a México, que se parece un poco a como veo yo mi pasado y cómo veo yo a mi país. Pero también hay cosas de Julio que aunque parece muy distinto a mí, de repente hay cosas que yo me veo reflejado en él.
Todos los personajes por haber salido de mí, creo que de manera como por de facto, pues acaban teniendo características del autor.
ESQ: ¿De dónde surgió la inspiración para esta novela?
Puede surgir de muchas diferentes maneras. Nunca sabes cuándo va, –como dicen en inglés “when lightning gonna strike”– a pegar la inspiración.
En el caso de Fallas de Origen era un sueño o una imagen recurrente que yo tenía de un hombre de tez más oscura caminando con un niño rubio.
Yo decía Bueno, ¿Quiénes son esos dos? y empecé a formar la narrativa a partir de esa imagen.
En el caso de Tenebra, fue a partir de una plática con un amigo que hace muchos años había trabajado con un político poderoso mexicano y me platicó lo que ocurría en esa oficina, “tras bambalinas”. Me platicó lo que gastaban, cómo trataban a las pasantes y a los pasantes, y cómo no trabajaban básicamente.
Todo ese universo que me platicaba yo decía; “¡en la madre!, yo nunca en la vida he leído nada que aborde ese universo” y es fascinante, y ojo, indignante a madres, pero sí fascinante. Y a partir de ahí le dije “a ver, platiquemos más” y platiqué más con él y le dije bueno, “conectame con alguien que haya trabajado en otro equipo” y hablé con otras personas.
Entre más me platicaban, más iba yo como ampliando el universo de Tenebra hasta que de repente empieza a aparecer poco a poco la historia que quieres contar, el personaje.
Pero en este caso en particular fue como te digo a partir de esta escena en la que me platicaron cómo funcionaba la oficina de un político muy poderoso del PRI hace unos 17-18 años.
ESQ: ¿Te apoyaste en tu papá para hacer la investigación?
En el caso de Tenebra, me ayudó, Clío que es una empresa de mi papá pero de una manera extraña. Yo estaba trabajando en un proyecto que puedes ver en YouTube, son pequeñas capsulitas biográficas muy breves de muchísimos personajes de la historia mexicana; José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari, Porfirio Díaz, Miguel Hidalgo…
Entonces estaba yo trabajando en esto y de repente empiezas a ver –de tanto leer, preparar y escribir estas biografías, y de hablar y leer sobre políticos mexicanos– empiezas a ver cómo similitudes entre ellos.
Te empiezas a dar cuenta que, sobre todos los políticos después de la revolución en México, los Priistas hay muchas cosas en su biografía que se asemejan, y eso también me puso a pensar mucho a la hora de escribir la novela.
Entonces, no es que yo haya ido al acervo de Clío a buscar cosas, sino que trabajar en Clío, incidió porque en esa época donde empezaba yo a investigar la novela pues la acabo nutriendo de manera azarosa.
ESQ: ¿Cómo desarrollas a tus personajes?
Depende mucho del personaje. Es un proceso en el que uno va descubriendo los personajes, sobre todo, mientras los escribe. Es una cosa de la que muchísimos escritores hablan.
Es casi un cliché, pero es cierto. De repente los personajes cobran vida de una manera muy peculiar. De repente estás escribiendo un cuento con un personaje que se llama Luis y tú dices bueno, “Luis es abogado” y de repente llevas tres páginas de escribir, y dices, “no, Luis no es abogado, es pintor”.
¿Por qué? No sabría decirte porque, es decir, los personajes se te van revelando conforme los vas escribiendo y te van diciendo en un diálogo con el autor “esto soy, esto no soy”.
Empiezas a descubrir cosas con ellos y sobre todo ya que empiezas a escribir, pues lejos de la página; te estás dando un regaderazo y de repente dices “en la madre este güey es huérfano”.
Es lo que de repente descubres y ¡pum! te vienen cosas a la cabeza. Y ojo, no puedes forzar este proceso.
Lo que es muy interesante es que el proceso creativo no es como un carpintero que si quiere acabar una pieza en 10 días y se lo propone, pues puede hacerlo.
En el caso de un escritor, nunca sabes cuándo te va a pegar la inspiración y de repente puedes tener cinco de estas epifanías de las que te hablo en 20 minutos y luego puede pasar un mes sin que descubras nada nuevo personaje, pero sobre todo tienes que vivir con él, tienes que escribirlo, tienes que pensarlo.
Lo tienes en tu cabeza todo el tiempo.
ESQ: Me imagino que también eso influye en el desarrollo de la trama, ¿Qué tanto le das permiso a tus personajes de guiarte?
Absolutamente. Y si estás muy conectado con tu personaje, como debe de ser, pues más. También sabes qué debe hacer, que no debe hacer, y más allá de eso; cómo habla y cómo no habla tu personaje.
Descubres cosas de ellos, es un poco como ir conociendo a una persona de verdad, o sea, de repente conoces a alguien, tienes una primera impresión, asumes ciertas cosas y conforme lo vas conociendo te das cuenta “ay que tipo tan frívolo” o lo contrario “que tipo tan profundo”.
Poco a poco se empiezan a volver tridimensionales como seres humanos. Pero para eso, insisto, tienes que pasar mucho tiempo con ellos en la cabeza, tanto en el papel como a punto de dormir.
Para mi esposa pues es la muerte, porque ella tiene que escuchar todos mis rollos.
ESQ: En cuanto a Tenebra, ¿Qué obstáculos te encontraste sobre la marcha en tu proceso de escritura y desarrollo de la novela?
Muy buena pregunta. Con dos problemas específicos. El primero es que es la primera novela, la primera que yo escribo en mi vida, –literatura te estoy hablando– la cual requirió mucha investigación.
Tanto Fallas de Origen, Cuervos y Fiebre, eran libros bastante autobiográficos, no cien por ciento pero partían de experiencias personales en mi infancia, mi adolescencia y mi juventud. Entonces no había nada de investigación, era una cosa como de echar tú imaginación a andar.
Y en el caso de Tenebra, primero que nada los dos personajes no eran tan parecidos a mí. Segundo, requería muchísima investigación, no solamente en el ámbito de la política, sino como funciona un despacho de abogados, cómo hablan los abogados, cómo se presentan pruebas de cosas, hasta cosas de ley agraria.
Si lees el libro te darás cuenta que hay investigación allá atrás, pero es invertir en investigación aunque sí se apodera de la novela, la novela se vuelve aburrida.
Tienes que hacer la investigación, para que sustente el texto y le dé cierta veracidad, pero tampoco aburra al lector. Eso fue un reto. El segundo reto, y el más grande de todos, era tener dos voces en primera persona y que genuinamente no se parezca en nada una de la otra.
Es decir, que leas un párrafo de Martín y digas “es él” y luego leas un párrafo de Julio “es Julio”. Es muy difícil porque todos vienen de una sola persona, no de dos.
Incluso es muy complicado, si fuera un narrador omnipresente, en tercera persona, no habría bronca. Dos semanas antes de irme a imprenta, yo seguía revisando el texto de Julio, y pensando yo que sé; “este cabrón nunca compararía una cosa con otra, no usaría esta metáfora”.
Hay millones de cosas que de repente dices “no esto no puede ser, esto no lo puedo hacer”, y tienes que distinguirlos y eso es muy, muy, muy difícil. No es física cuántica, no es física nuclear. Pero es complicado.
ESQ:¿Con qué género te identificas más? ¿Hay alguno en el que te gustaría indagar?
Pues mira, yo soy un poco un lector medio omnívoro. A mí me gustaría escribir una novela de terror, por ejemplo. Muchísimo, pero me cuesta mucho trabajo.
O sea, me cuesta mucho trabajo y al final lo único que he logrado cuando he empezado a escribir una novela de terror, es llegar a la cuartilla 40 y me detengo.
Como que no tengo la gasolina para escribirla completa. Entonces siempre acabo regresando a estas historias más bien realistas que ocurren hoy en día en el mundo contemporáneo, en el México contemporáneo y si lees los cuatro, pues como que todos tienen cosas similares.
Digo, Tenebra es más un thriller que Fallas, pero Fallas también tiene cosas como de Thriller.
Todas mis novelas tienden a ser como retratos del México en el que yo viví en el momento en el que que yo escribí ese libro y esos son los libros que me acaban saliendo. No sé si alguna vez publique o incluso acabé de escribir un libro diferente.
ESQ: Eres muy abierto al hablar de las que consideras como tus fallas de escritor, ¿Crees que has corregido algunas?
Sin duda. Te puedo decir con toda seguridad que Tenebra es el libro del que estoy más orgulloso. Es el libro donde creo que se nota más una voz, digamos independiente y cuando digo independiente, me refiero lejana de la influencia temprana de autores que me impresionaron mucho cuando yo era adolescente y joven.
Creo que es un primer paso muy importante, y pues aunque no te lo propongas; a base de escribir, escribir, escribir y escribir, se va depurando tu prosa, vas escribiendo mejor, aprendiendo a hacer las cosas.
Es decir, hay cosas que te empiezan a salir y también es un proceso de aprender y de conocer tus limitaciones como escritor, que es algo que cuando empiezas pues no las sabes pero tiene que llegar un momento donde admitas “Bueno, yo no soy ese tipo de escritor” igual y yo no puedo trabajar en 25 géneros diferentes.
Te diría que es una cosa también de ir depurando tu estilo personal y mejorándolo al mismo tiempo que vas admitiendo ciertas cosas que, o sea no fallas, pero simplemente vas aceptando cuáles son tus limitaciones.
Y creo que yo nada más por el hecho de no tener 24, que era la edad que tenía cuando publiqué Cuervos –y pues ahora tengo 37– estoy más consciente de mis limitaciones como escritor.
ESQ: ¿Cómo identificar esas limitaciones?
Escribiendo mucho. Escribir es como cualquier otra disciplina. Es algo que todos dicen, es escribiendo y escribiendo y escribiendo.
Por ejemplo, con Tenebra me ayudó mucho que durante cinco años tuve una columna semanal de cine, eso me forzaba a todas las semanas escribir, y todas las semanas escribir sobre una película diferente, y como atacarlas de distintas maneras y distintos ángulos.
Entonces es el equivalente de un maratonista que corre todos los días. Escribía todos los días y poco a poco empiezas a conocer tu estilo, a mejorarlo y darte cuenta de las cosas que no eres capaz de hacer, que están más allá de tu cajita de herramientas. Para mí eso ha sido muy importante.
ESQ: ¿Cómo nace tu interés por la política?
La política en sí, así como seguirla obsesivamente en Twitter y demás, no me interesa tanto. Me interesa la política en función de lo social.
Es decir me interesa la política mexicana como un fenómeno social que deja de manifiesto, cómo funciona la corrupción, la impunidad en nuestro país y cómo reaccionamos como sociedad ante esa impunidad y esa corrupción.
Eso es lo que a mi me interesa. No soy un politólogo, me interesa la política casi como un pretexto para hablar de los temas de los que hablo desde Cuervos.
Es también un pretexto para hablar de la clase alta, de la clase media alta en México que es el tema central de mis cuatro libros.
Me parece que, sobre todo en el sexenio de Peña Nieto, que hubo tanta gente que se volvió multimillonaria en dólares, me parecía como un momento, como una coyuntura muy precisa para contar la historia que yo quería contar.
ESQ: Entonces, ¿Meterte en la politica jamas?
Nombre, ¡Jamas! No es que me interese la política, sino que me interesa como el corazón de los políticos. Entender el porqué la política en México es como es o porque los políticos son como son.
Adentrarme en el mundo de la política del sexenio anterior fue fascinante; escuchar anécdotas de cómo funcionan esas personas, y de cómo son sus cenas, cuánto dinero gastan, como son sus reuniones, como contratan al Buki, o como contratan a Mijares para sus bautizos y hacen una fiesta de Frozen… que son puras cosas ciertas, de gente que me lo platico.
Todo eso me pareció muy interesante y es un tema desde Cuervos; el derroche de las clases altas en un país mayormente pobre, pue puras cosas que me indignan y cuando las cosas me indignan pues siento que escribo no sé si mejor, pero por lo menos me salen más rápido los textos.
ESQ: ¿Crees que te ganaste algunos enemigos con Tenebra?
Está por verse, está por verse. Pero no creo, yo creo que la literatura en ese sentido es inofensiva. Malo si fuera una serie de televisión de esas que todo el mundo ve, pero un libro si bien le va lo leen 20 mil personas, si le va increíblemente bien.
No creo que ningun politico este con insomnio pensando “¡ay no! salió un personaje medio basado en mi en la novela de Krauze”.
ESQ: ¿Cómo funciona la censura en México? ¿hubo algo que tuvieras que omitir o limitado en ciertas cosas?
No, nada. Mi editorial nunca me ha censurado nada en absoluto, es una de las partes más padres de trabajar con Planeta, la libertad. Tengo una gran relación con mi editor y con mi editora.
Cuando tengo una idea se las platico y ellos me dicen que les gusta, que no les gusta, pero nunca me dicen “no puedes poner esto” y mira que hay cosas en la novela que si me pudieran haber dicho “ahorratelas”.
Esta muy explicita y son personajes pero si aparece gente de la política; aparece Peña Nieto, aparece el hijo de Salinas, aparecen personas verdaderas pero nunca me censuraron nada.
ESQ: ¿Cuál debería de ser la postura de un escritor ante la crisis política en el país?
Hay muchos escritores que son políticamente muy activos, que los ves en Twitter opinar ya sea a favor en contra de nuestro presidente, es decir, el gremio suele a ser políticamente activo.
Yo tengo mi opinión evidentemente respecto a Peña Nieto, y respecto a Calderón y una opinión sobre Obrador bastante clara pero yo, o sea si he llegado a tuitear, pero yo prefiero que mi obra hable por mi.
Si quieres saber cuál es mi opinión de la política en México, lo mejor es leer Tenebra. Creo que ahí está muy clara mi opinión del PRI, también un poco de Morena, del PAN menos porque el sexenio de Calderón no figura en la novela pero de cualquier manera.
Yo desde hace muchos años he intentado no opinar de eso en las redes sociales y dejar que lo que escribo emita esa opinion, tambien porque siento que soy más elocuente escribiendo de lo que soy hablando.
ESQ: ¿Cómo empezó tu carrera?
Publico mi primer libro de cuentos que se llama Cuervos y de ahí me voy a Nueva York a estudiar una maestría en guión.
Yo quería ser guionista de cine, no de tele. Regrese a México intentando buscar trabajo.
La industria era muy distinta de lo que es ahora porque no existía Netflix, ni Amazon, ni Apple, ni todas estas plataformas que para los escritores han sido una bendición porque nos han llenado de oportunidades.
Pase algunos años trabajando de freelance para algunas revistas, yo vivía de eso, te estoy hablando a los 26 años.
Y con eso pagaba la renta y vivía relativamente bien. Más o menos como a los 29 me fui a trabajar con mi papá, debí haber trabajado ahí 3 años en la revista, sobre todo metido en el área digital, en el sitio web, en YouTube tanto como de Clío como de Letras Libres.
Después, a los 33 años conseguí trabajo en mi primera serie de televisión, luego de ahi me fui a otra, luego en otra y ahora me dedico exclusivamente a eso. Mi fuente de ingresos son series de televisión.
ESQ: ¿Creciste en una familia de intelectuales?
Si. Mi mamá es periodista, mi padre, y mi hermano también es periodista.
ESQ: ¿Cómo eras tÚ?
A mi me gustaba muchísimo el cine. Te diría que de chico yo quería dedicarme a cualquier cosa casi que no fuera escribir activamente, pero pues ahí el llamado, la vocación es casi genética y empecé a escribir por ahí de la adolescencia.
Desde que empecé a escribir, se sintió que estaba haciendo lo que tenía que hacer, es cursi quizás, pero fue como llegar a tu casa. De ahí empecé a escribir cuentos, novelas, poesía horrorosa y me di cuenta que era lo que me gustaba.
Parece que tengo una vocación parecida a la de mi padre pero en el fondo es muy distinta.
En mi familia nadie se dedica a la ficción; mi padre es biógrafo historiador, mi hermano es periodista, mi mamá también y yo lo único de periodismo que he hecho es crítica de cine y fuera de eso me he dedicado a escribir ficción y lo hago hasta la fecha y espero seguirlo haciendo.
ESQ: ¿Qué te dejó el haber crecido en una familia así?
Agradezco mucho que mi familia me haya dado de leer. De comer y de leer. Agradezco que me hayan puesto enfrente de los libros, que me hayan inculcado el hábito de la lectura.
También me inculcaron cierta curiosidad por el mundo y eso, para el trabajo que hago ahora, me funciona porque ningún tema me parece despreciable o aburrido y creo que eso viene de crecer en una casa donde se hablaba de temas muy distintos.
ESQ: ¿Con qué escritores creciste?
Yo empecé a leer, leer en forma, relativamente tarde como en la adolescencia con autores que me volaron la cabeza.
Nick Hornby que es el autor de Alta Fidelidad, una novela padrisima que hay también una película muy buena bastante apegada al libro.
Luego una novela que se llama Menos que cero de Bret Easton Ellis que es el autor de Psicópata Americano. Me acuerdo de haber leído esos dos libros, sobre todo esos dos y me acuerdo que los leÍ y yo no sabia que se podía escribir así, yo pensaba que la literatura era algo medio acartonado, con palabras medio domingueras y rimbombantes y de repente aquí dos personas que eran jóvenes y que escribían de una manera por momentos incluso vulgar, descarnada y dije “no pues si los libros pueden hacer eso, yo quiero hacer eso”.
No es que quisiera emularlos, si no que yo podía intentar hacer eso en español y en México. Esas fueron mis influencias más tempranas, después en la universidad empecé a leer otras muchas más cosas que me fueron cambiando mi panorama y mis influencias.
ESQ: ¿En qué momento reconociste tu voz como escritor?
La primera vez que lo sentí de una manera muy clara fue con Fallas de Origen que fue mi libro anterior que publique hace 8 años.
En cueros veo muy clara la influencia de Bret Easton Ellis, en el caso de Fiebre quizás menos, pero me parece que todavía no hay una voz de un narrador segurisimo detrás. Fallas de Origen ya sentía que era yo.
Te das cuenta de cosas que al escribirlas te salen bien , y escenas que te salen naturalmente y como registros que puedes llegar con cierta facilidad que si fueras otro tipo de autor quizás se te complica.
La primera vez que me di cuenta de eso fue con Fallas de Origen.
Cuervos es un libro muy pesimista y por otro lado tiene como estos desplantes medio prosísticos, como esas florituras, unos capitulos medio poéticos, medio raros, y Fallas de Origen no tenía nada de eso, solo es como una narración fácil de seguir, por momentos descarnada, sentimentales o que me llegaban más al corazón, y esa mezcla la sentí muy mía, no me parecía que se la hubiera copiado a nadie más.
ESQ: ¿Ya estás trabajando en tu próxima novela?
Ahorita estoy escribiendo cuentos porque no se me ha ocurrido el tema para otra novela y pues estoy escribiendo cuentos además del trabajo que hago en tele.
Estoy leyendo a dos autores: uno se llama Richard Yates y tiene una novela que se llama The Easter Parade que es padrisima y dolorosísima. Tiene otro libro de cuentos padrisimo que se llama Eleven kinds of Loneliness que estoy leyendo ahorita.
Estoy leyendo también todos los cuentos recopilados de un autor que me gusta mucho y que me gustaba mucho de joven que se llama Jay McInerney, que escribió una novela que me encantaba como en mis 20s que se llama Bright Lights Big City, es una novela padrísima y sus cuentos son padrísimos.
Él era una influencia muy temprana en mi, y sus cuentos son increíbles, todos son muy parecidos, suceden en un universo muy similar y similar a los que yo escribo.
ESQ¿Cómo percibes el panorama literario en México?
Variado y saludable. Hay muchísimos escritores muy distintos. Cada vez hay más escritores que dan el brinco y están traducidos y se están haciendo un nombre fuera de México.
Muchas de ellas chavas además, jóvenes, mucho más jóvenes que yo; Valeria Luiselli ha tenido un éxito monumental, Fernanda Melchor la acaban de nominar al Booker, un premio monumental.
Preocupante en el sentido en que quien sabe como afecta la pandemia a la industria editorial en México pero la variedad de escritores en nuestro país, me parece que la oferta es robusta y el reconocimiento internacional está ahí.
La literatura en México ha logrado descentralizarse y es de gente que viene de muy distintos lugares; desde Julián herbert, Antonio Ortuño… dos nombres de 700, la oferta es muy variada.