Charles Melton nació en Juneau, Alaska, pero debido al trabajo de su padre se mudó de manera constante entre países y estados de la Unión Americana, se podría decir que el mundo fue su hometown y, finalmente, Kansas el lugar en el que residió por más tiempo, en el medio oeste de Estados Unidos. “Crecí en muchos lugares y viajé por todo el mundo, lo cual me ayudó en el futuro a adaptarme a muchas situaciones y al ritmo de vida de un actor”, explica Charles al preguntarle sobre los cambios de residencia. La razón de ello fue porque su padre es militar, hoy en retiro. Cuando le cuento que tenemos eso en común la plática se vuelve más amena y confiesa que: “No tuve lo que se consideraría una vida normal, como sabes en los destacamentos hay escuelas para los hijos de militares y entonces crecí en un ambiente en el que todos vivían del mismo modo en el que nosotros. No tengo amigos del kinder o de la primaria, no entrené en un equipo de baseball, esas cosas que muchos tienen, no las viví”.
Y, claramente, eso pasa con cualquier hijo de militar, los constantes viajes y el vivir en lugares por mínimo seis meses puede llegar a ser difícil, más cuando eres adolescente, pero Melton no podría explicarlo mejor: “Cuando eres niño no lo comprendes del todo, crees que es normal, todos son niños que viven la misma situación que tú, pero vives tantas cosas y ves tantos lugares del mundo y de tu país que es maravilloso. Observas el mundo con otros ojos desde una edad temprana”. Y aunque muchos creerían que crecer en un ambiente marcial puede llegar a ser difícil, caemos en cuenta que no lo es tanto: “Agradezco la disciplina que tenía en mi casa, me ayudó a ser mucho más organizado”. Cuando hablamos sobre las horas de terapia que muchos podrían estar pagando suelta una risa y cordialmente dice: “¡Oh!, no tomemos ese camino, hermano”.

Como el hombre optimista que es, Melton refiere el crecer en ese ambiente así: “Vivir esas experiencias me convirtió en un hombre más adaptable, abierto a diferentes situaciones y claramente a ser más resiliente, claro que me gustaría tener una casa con recuerdos de mi infancia, un equipo a quién irle por ser de mi estado o todo aquello que aparece en las películas, pero crecer de esa manera me ayudó a crear diferentes personajes y entender cómo ven el mundo a quienes interpreto”.
Continuamos la conversación, hablamos sobre futbol y Kansas, no puedo evitar el preguntarle cómo fue el llegar a “Riverdale” y su paso por la fama siendo post adolescente. “Es muy extraño ¿sabes?, pasé de ser el chico que vendía comida china en un restaurante de fast food a ser reconocido en la calle y que la gente me pida selfies. Fue un shock, pero vivo mi vida tan normal como puedo, no dejo mi felicidad en “Riverdale”. No soy de los que tiene una vida pública y una privada, sólo vivo el día y trato de alejarme de esa dualidad en redes sociales, únicamente quiero ser una persona”. Y vaya que lo hace en su cuenta de Instagram se ve su personalidad tal y como es, ya sea divirtiéndose con su novia Camila Mendes, disfrazando a su perro con una sudadera “adidog” o acampando en lugares hermosos.
No puedo evitar preguntarle, ¿cómo nació el gusto por acampar y estar en la naturaleza? “Es un hobby que tengo, mi papá siempre hablaba sobre la naturaleza y creo que así nació mi pasión, no lo hago para escapar de la fama y tampoco me alejo mucho del trail, soy más de estar en la naturaleza, pero no tan desconectado del mundo”. Su recomendación para un buen viaje es: “Cuando quieras un buen escape a la naturaleza mi recomendación es la reserva de Big Pike, en el estado de Wyoming, es un lugar para estar contigo mismo”.

En 2020 viene con Bad Boys for Life, algo que lo aleja de las comedias y dramas adolescentes, se podría decir que es un papel mucho más adulto, en donde interpreta a un integrante del equipo de élite AMMO, a cargo de Will Smith y Martin Lawrence. “Lo que recuerdo del primer día de estar en el set es ver a este hombre (Will Smith) a quien veía en la televisión siendo El príncipe del rap y tantas otras películas, considero que en algún momento me di un minuto para pensar: ‘Yo te admiro un montón’, fue verdaderamente increíble”. Al cuestionarlo sobre los consejos que recibió de Will para esta película, emite un sonido emulando a una sonrisa y expresa: “Eso es algo que me guardaré”. Sólo podemos especular, pero sospechamos que debió ser algo terriblemente bueno.
Asimismo, comparte créditos con actores muy conocidos en la industria del cine y la televisión, y surge la duda de ¿cómo es trabajar con gente joven?: “El ambiente fue increíble, como no tienes idea, todos estábamos muy emocionados, todo era compañerismo puro, para mí el estar a lado de Vanessa Hudgens, a quien crecí viendo en la televisión fue increíble; Alexander Ludwig, quien sale en Vikings y es el personaje favorito de mi papá, todo fue surreal”, concluye.
En la película cargada de acción se ve a Melton utilizar armas largas con mucha soltura, me salta la duda si estaba acostumbrado a usarlas: “¡No!, tuvimos un entrenamiento con un equipo de Navy Seals sobre el manejo de ellas, cómo utilizarlas y la manera correcta de agarrarlas, además de tomar lecciones sobre vehículos militares, como el Black Hawk. Lo interesante de este entrenamiento es que platicaba de ello con mi papá y surgió una conversación interesante, me daba consejos y se sentía una cercanía entre nosotros”. Al parecer nuestra conversación –como buenos hijos de militares– nos lleva a las armas y la vida en los destacamentos. Pasan dos segundos y la conversación cambia y comienzo a ser yo el entrevistado sobre cómo es ser un hijo de militar en México.
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Después de reconocer y felicitarme por el servicio de mi padre en el Ejército mexicano, hago lo mismo por el servicio de su padre a Estados Unidos y muestro mi respeto por los dos tours que hizo a Afganistán, mientras Melton era un niño. Nos despedimos de esta plática llena de lazos en común y le agradezco la conversación tan amena y honesta que tuvimos.