Tal y como se hizo la última producción del director de ‘El señor de los anillos’ y ‘El hobbit’. Así será el trabajo de Peter Jackson.
Como director de varias fantasías épicas como las trilogías de ‘El señor de los anillos’ y ‘El hobbit’, el cineasta Peter Jackson se ha vuelto famoso por su atención al detalle. Ahora puso los mismos cuidados para hacer un documental bélico.
Bajo el nombre ‘They Shall Not Grow Old’, Peter Jackson aplicó tecnología nueva a un material de la Primera Guerra Mundial para crear una sensación realista, que pone en tonos vívidos y permite escuchar historias en sus propias palabras.
El documental, que se estrena este lunes en Estados Unidos, se concentra en las experiencias de los soldados británicos según los registros del Museo Imperial de Guerra.
Jackson junto a su equipo recuperaron digitalmente esos archivos, ajustaron los cuatros por segundo, inyectaron colores y los volvieron en 3D.
Para este proyecto eligieron no agregar un presentador no intertítulos. Para ello, colocaron a veteranos de guerra que narran lo que vivieron: es decir, los productores seleccionaron los testimonios a partir de un sinfín de entrevistas que la BBC grabó en los 60 y 70.
El resultado, un trabajo extraordinario.
«La nitidez fue tal que los soldados de la película cobraban vida», dijo Jackson vía telefónica, al describir el proceso de restauración. «Su humanidad se notaba claramente. Este archivo tiene 100 años y esos hombres estuvieron enterrados bajo una nube de daño, una cinta con granos, inconsistente y acelerada. Una vez restaurada, lo que más se gana es el aspecto humano.»
La cinta se realizó mediante una asociación entre el Museo Imperial de Guerra y 14-18 Now, un programa cultural que encargó a ciertos artistas unas obras por el centenario de la Primera Guerra Mundial. Y se comunicaron con Jackson para ver si le interesaba colaborar con el proyecto.
«Descubrimos que Peter Jackson tiene gran conocimiento, experiencia y pasión por la Primera Guerra Mundial», sostuvo Jenny Waldman, director de 14-18 Now.
Cabe recalcar que el abuelo de Jackson era soldado profesional en el Ejército británico antes de que iniciara la guerra y combatió los 4 años.
Peter Jackson tuvo la libertad de hacer la película que quisiera, pero con dos requerimientos:
-Usar el material que había de archivo
-Hacerlo de manera original
Le dieron 100 horas de filmaciones en calidad diversa: «A veces era una copia de la copia de una copia«, dijo el director.
Mucho de ese material (soldados entrenándose y luego en las trincheras) se registró para los cortos noticiosos de propaganda que se mostraban en los cines.
«Es interesante pensar que esas imágenes podrían haber aparecido entre un dibujo animado y una película de Charlie Chaplin, acompañadas por música de órgano», remarcó Jean Cannon, curador de la exhibición ‘Primera Guerra Mundial 2014’ en la Universidad de Texas en Austin. «De alguna manera, la guerra se mete en zona de entretenimiento.»
De hecho, el primer largometraje que representó la guerra, ‘Batalla del Somme’, se estrenó en 1916, (a mitad del combate), y tuvo casi 20 millones de espectadores.
En este documental, en vez de filtrar directamente el archivo para determinar cuáles escenas usar, Jackson optó por restaurar primero las 100 horas de material. Hizo ese trabajo abrumador con la empresa neozelandesa Park Road Post Production. Se limpiaron décadas de rayas, polvo y manchas y el resultado se donó al museo.
Asimismo, se realizaron ajustes tecnológicos. El objetivo de Jackson era recolectar audiencia con los soldados de una manera más profunda incluso que ‘Batalla del Somme’. La grabación original mostraba un temblor permanente porque las cámaras se manejaban a mano y la velocidad de los cuadros era más lenta.
El equipo de Jackson la ajustó, agregando cuadros digitalmente y reduciendo el movimiento.
Posteriormente el director acudió a ña empresa Stereo D para darles color a las principales escenas. Esto requirió la ayuda de un historiador para identificar detalles militares como el tono que tenían los botones, abrigos y demás.
Además se convocaron intérpretes de voz y el equipo de Jackson, atento a que los regimientos se integraban con personas de distintas regiones de Gran Bretaña, se aseguró de que los actores tuvieran el acento correcto.
En el mismo sentido, los historiadores militares dieron ideas sobre cómo podían ser las órdenes de los oficiales que no aparecían en cámara, y esa información también se incluyó en la película.
Con todo este movimiento y un material que podría servir para contar varias historias diferentes, Jackson igual trató de mantener su documental con un rasgo específico.
«No quería hacer un poquito de todo», dijo. «Quise concentrarme en un tópico y hacerlo adecuadamente: cómo fue la experiencia promedio de los soldados de infantería en el frente occidental”.
Ver: Guerra y paz: la fotografía de Tony Vaccaro
Foto: YouTube