Silbando «Dancing Queen», hablando de fútbol y de cocina con los jardineros de Ratzinger, un ser completamente apolítico, así nos presenta Netflix al Papa Francisco, mucho antes de eso, cuando solo obtuvo 10 votos para reemplazar a Juan Pablo II el día en que su santidad falleció. Sin duda, un «ora pro nobis» (ora por nosotros) que necesitaba la Iglesia Católica luego de los miles de escándalos por pederastia que enfrenta.
La cinta de Netflix, que se estrenó este fin de semana, comienza en el momento mismo en el que Jorge Mario Bergoglio recibe la dura noticia de que Juan Pablo II ha muerto. Viaja a Roma, al Vaticano, para elegir al predecesor, sin saber que en la mente de muchos cardenales él era la opción. Un arzobispo joven, argentino, con ideas revolucionarias sobre aborto, sobre homosexualidad, sobre dar más a los pobres. Un cambio, que al final no pasó, y quien durante varios años tuvo que vivir con esa posibilidad de haber renovado a la Iglesia, viendo como Benedicto XVI, que le ganó por mucho votos, regresaba a las antiguas prácticas en un mundo que estaba tirando a Dios pedazo a pedazo.
Los Dos Papas se presenta como una charla entre Benedicto XVI yJorge Mario Bergoglio, en donde uno intenta defender 2000 años de dogma frente a un argentino que incluso bromea sobre su ego, tan grande que si quisiera suicidarse saltaría de él. Es algo así como una reflexión sobre el por qué ha fallado esta iglesia moribunda, por qué en lugar de seguir preocupados por si los gays deben o no casarse no lo hacen por las desigualdades sociales, sobre por qué dejan morir de hambre a millones mientras se preocupan de dar una misa en latín o en español.

«Creímos que era mejor que sufrieran 9 niños (abusados sexualmente) a que 9 millones de personas perdieran su fe por el escándalo», reflexiona el que sería nombrado más adelante Francisco, poniendo la sal justo en la herida que cientos de miles de personas tienen abiertas y que han causado que la esencia de Dios y de su hijo Jesús sea cuestionada, todo en beneficio de seres humanos sin escrúpulos que viven en plena libertad porque «ya se confesaron» y formaban parte del grupo de todos esos Papas «representantes «de Pedro, apóstol de Jesús. «La confesión limpia el Alma, no ayuda a la víctima», sentencia.
En la cinta, de poco más de dos horas, vemos a Sir Anthony Hopkins dar vida al «Papa Nazi», Joseph Ratzinger, y a Jonathan Pryce como Jorge Mario el latino que llegaría al puesto que jamás soñó conseguir. Las actuaciones evidentemente impecables por parte de ambos veteranos, llenan de lágrimas los ojos de los espectadores en los momentos de drama, pero no suenan a ser los verdaderos Benedicto y Francisco, tan lejanos para cualquiera, incluso para los que se dicen parte de esa religión. Nadie es tan perfecto, ni siquiera Francisco, el verdadero, a quien Netflix deja como un caudillo liberador de la fe, y lo aparta de los sacerdotes violadores que ha protegido durante los años que lleva siendo pontífice.
«Las coincidencias no existen, todos estamos en las manos de Dios», dice Jorge Mario representado en el filme ante la «casualidad» de haber comprado un boleto a Roma días antes de tener conocimiento de que el Papa lo invitaba a reunirse, sabiendo que lo que deseaba era retirarse como Arzobispo de Argentina, «sin que cruzara por su mente» que sería el siguiente al mando de la decadente religión.

En medio de la cinta se habla de los problemas políticos y sociales de Argentina en los 70, de un Jorge débil que decidió no apoyar a sus compañeros sacerdotes, ¡toda una vergüenza!, pero también se le compara con un santo al justificar que la única razón por la que no fue como los demás religiosos que pelearon contra el régimen de Jorge Rafael Videla, era que deseaba más que nada protegerlos. Una duda que hasta hoy divide a muchos en el país latinoamericano, que de vez en cuando preguntan si no fue para protegerse a sí mismo.
Los Dos Papas fue dirigida por el brasileño Fernando Meirelles, a quien le debemos Ciudad de Dios y Ceguera, con un guión del aclamado Anthony McCarten, que lleva en su bolsa grandes biografías como Bohemian Rhapsody y La Teoría Del Todo.
Sin duda, esta producción busca limpiar con un poco de humanidad la bastante desgastada imagen que tenemos, no solo de la Iglesia Católica, también de Joseph Ratzinger y de Francisco, al mismo tiempo que menciona los errores de todos los involucrados y pide una disculpa pública ante todos los escándalos que los han marcado.
Los Dos Papas es una historia completamente imaginaria de lo que tal vez ocurrió cuando Jorge Mario viajó a la Ciudad del Vaticano para descubrir que sería él quien reemplazaría a Benedicto, que venía de, supuestamente, recibir un informe de 300 páginas llamado el «Lobby Gay» por la prensa, y en el que se aseguraba que él sabía de los sobornos, chantajes y «debilidades» sexuales que ocurrían dentro de Roma, confiando que cientos de clérigos homosexuales resolvían diversas situaciones políticas con «orgías y sexo». Hasta hoy se desconoce en realidad la razón de su renuncia.
La película se encuentra en el catálogo de Netflix en México desde este 20 de diciembre.