Había una vez una niña que aprendió a narrar mientras desayunaba. Desde muy pequeña escuchaba a sus padres —ambos escritores— contar historias. Ella decidió hacer lo mismo pero con imágenes, plasmar emociones en la pantalla. Un día la niña creció y se fue lejos de su casa a estudiar Cine. Allá escribió sobre una madre y una hija que no se llevan bien, que se juntan en una casa en la que no quieren estar, con la esperanza de que no se vaya alguien que debe dejarlas. Esa niña hoy tiene 30 años, se llama Catalina y está a punto de estrenar en salas comerciales Las horas contigo.
Lo primero que Catalina Aguilar Mastretta —hija de Ángeles Mastretta y Héctor Aguilar Camín— me dice cuando nos sentamos a conversar es que el resultado en pantalla la tiene feliz. Cuando emprendió la nada sencilla tarea de escoger a quienes darían vida a sus personajes, y al final logró reunir un elenco encabezado por Cassandra Ciangherotti, Isela Vega y María Rojo, de inmediato supo que tenía un gran compromiso por delante. “Tengo una sensación de felicidad y satisfacción por no haber quedado mal con el elenco, porque esa era mi preocupación principal. Siempre quise que todos los sentimientos que exploramos se sintieran reales, no melodramáticos, y en ese sentido creo que la película es exitosa y conecta mucho con el público. No es una cosa que haya pensado conscientemente durante todo el tiempo que duró el rodaje, porque me hubiera vuelto loca, pero al verlo proyectado es una grata sorpresa”, afirma la directora mexicana.
Varios periodistas le han preguntado si su mayor reto fue lidiar con las actrices, pero ella asegura que fue todo lo contrario. Y aunque sabe que es un cliché que un director hable bien de su equipo de trabajo, lo hace mientras muestra una sonrisa genuina que enmarca un rostro satisfecho.
Catalina dice que el reto real fue lidiar con su personalidad controladora durante las cinco semanas y media de filmación. Cuenta que a veces sentía que era su obligación hacer todo, o que si algo salía mal era su culpa, pero aprendió que esa obsesión sólo afectaría el trabajo que realmente importaba: estar pendiente de los actores y de la parte creativa de la película, más que de la logística.
Las horas contigo aborda el tema de la familia en un país donde el tema es de por sí polémico: es una institución tabú alrededor de la cual suelen construirse narrativas de enormes expectativas o de grandes decepciones. Sin embargo, esta es una historia sin villanos en la que el conflicto proviene del gran amor que se tienen los personajes y de las ganas de ayudarse a pesar de su mala comunicación.
Catalina me dice que lo que más le gusta de su película es que siente que puede conectar muy bien con el público, pues las situaciones que se observan en pantalla podrían ocurrir en cualquier familia mexicana. Y sí, vemos a una madre y una hija que se aman pero no lo dicen. Serán las circunstancias y el cariño que ambas tienen por una tercera persona lo que las obligará a pasar un tiempo juntas para confrontar el miedo que siempre han tenido de conocerse a fondo: “Cuando ves la película te pareces tanto a ellas que es complicado ponerte en sus zapatos de verdad y tratar de entender su experiencia. El conflicto real entre Julieta, la madre [María Rojo], y Emma, la hija [Cassandra Ciangherotti], es tratar de entender lo que significa ser el otro, sobre todo frente a una pérdida”.
La familia que Catalina retrata en Las horas contigo está encabezada por mujeres fuertes que pelean contra los convencionalismos. Se desarrolla, además, en Puebla, una de las ciudades más conservadoras de México y justo por ello tocar el tema del aborto fue importante para Catalina. “Frente a todo este tema de las familias tradicionales me parecía trascendental que la protagonista dudara si quiere o no tener un hijo justo en ese momento de su vida. Tenía que ser una elección para ella. Por supuesto, también tratamos de que fuera una película divertida y que tuviera sus momentos ligeros, pero lo cierto es que tiene este trasfondo vinculado a las decisiones trascendentales de la vida de una mujer que necesita crecer y dejar de ver a su madre como si fuera una adolescente”.
Las horas contigo es una historia entrañable para su realizadora no sólo por ser su primera película, sino porque posee algunos elementos autobiográficos. La casa donde se desarrolla es, de hecho, la de la abuela de Catalina, detalle que contribuyó a que los recuerdos familiares de la directora estuvieran a flor de piel. “Me deja una gran satisfacción haber podido dejar plasmada la casa de mi abuela, que está en un lugar perfecto para perderse en ella. La película no es autobiográfica en su historia, pero sí deriva del momento en el que mi abuela estuvo enferma, lo que significaban ella y su casa para mí y para toda la familia.”
Para la realizadora, quien vive en Los Ángeles desde hace tres años —a donde viajó a estudiar una maestría—, hacer cine es más que un trabajo. Por eso contar con el apoyo de Roberto Sneider como productor (Arráncame la vida, 2008) fue algo muy significativo. Filmar películas es para Catalina un “juego fantástico” y, por ahora, lo único que vislumbra en su futuro es seguir en ello.
Fotografías: cortesía