Tres niños guatemaltecos y un tzotzil suben a bordo de un tren que les promete convertir un sueño en realidad: una nueva vida en Estados Unidos. Con esa ilusión salen miles de mexicanos y centroamerianos a poner sus vidas en riesgo. No es sino hasta que se tienen los pies en el camino que aparece la violencia y el dolor de saberse sin rumbo. Lo peor del viaje de un migrante no está en la frontera, sino en el camino. La esencia del dolor y la injusticia de este recorrido permea en La jaula de oro, que Diego Quemada-Díez concluyó con maestría en un esfuerzo por transmitir estas sensaciones en su primer largometraje.
ESQUIRE: Hoy hay mucho interés en el tema, pero la migración siempre ha estado ahí. Tú mismo saliste de España para buscar un sueño en otra parte…
DIEGO QUEMADA-DIEZ: La migración es un fenómeno natural. Cualquier ser humano, sea por un problema económico, de violencia, por una catástrofe natural o cualquier otra razón, siempre vas a salir a otro lugar, como un pájaro al que se le acaba el agua en una zona y vuela a otra. Paradójicamente, con la globalización, los capitales y las corporaciones se mueven libremente por el mundo mientras se limita cada vez más el movimiento de las personas. Yo quería poner sobre la mesa este absurdo de las fronteras, de estas creaciones artificiales que hemos hecho para separarnos como seres humanos a partir del conflicto entre un indígena y un mestizo que creen en el sueño americano.
ESQ: Leí que varias anécdotas justifican el hecho de que hayas trabajado no con actores sino con migrantes de verdad. ¿Nos compartes alguna?
DQD: Cuando filmamos el asalto al tren, estábamos en Lecherías, escogimos a los bandidos ahí mismo y empezamos a ensayar. Lo interesante es que la mayoría de ellos ya habían estado en secuestros del estilo y sabían cómo se hacían las cosas. Por ello, ellos me decían qué hacer: cómo se robarían las mochilas, el dinero y a qué migrantes atacarían. Muchos de los secuestradores son centroamericanos, lo que implica que la misma gente se traiciona entre ella. La anécdota es importante porque ellos mismos fueron quienes me ayudaron a darle mayor realismo a las escenas.
ESQ: Iniciaste la investigación para la película en Mazatlán. ¿Cuando llegaste a vivir a México, ya tenías la intención de hacer esta película?
DQD: Sí, mi amigo taxista ?Toño? me invitó a vivir a su casa, con su familia. Ahí llegaban muchos migrantes y así surgió la idea y la necesidad de contar esto. El proceso duró como diez años. Fue complicado porque, como además tenía que ganarme la vida, combinaba trabajos de cámara y cortometrajes con la investigación. Al principio mucha gente me dijo que para qué quería hacer una película de migrantes si ya se han hecho un montón, pero yo sentía que podía aportar algo diferente. Este es un problema contemporáneo muy grande y está bien que lo mostremos desde diferentes puntos de vista y personajes.
ESQ: El título de la película en inglés es The Golden Dream y no es la traducción exacta de La Jaula de Oro pero también condensa de alguna manera la esencia del mensaje de la película, ¿no es así?
DQD: A mí el que no me gustó, por que no quiere decir nada en inglés, fue The Golden Cage . Hubo un periodista que se tomó la libertad de traducir el título durante el festival de Cannes, y entonces se esparció. El significado de La Jaula de Oro sólo tiene sentido en español. He estado pidiendo a la gente que no lo use. Si la película se estrena en Estados Unidos yo quiero que el título sea La Jaula de Oro para que los migrantes digan «ésta es mi película, habla de mí». Entonces, siempre es un guiño a ellos y es su historia, la idea es darles voz. Mostrar toda la problemática migratoria, empezando desde el viaje hasta la situación en Estados Unidos, desde el punto de vista de ellos.
ESQ: La Jaula de Oro se centra en el trayecto físico que recorren los chicos, pero el viaje continúa cuando llegan ahí, porque se tienen que adaptar a un nuevo entorno. De algún modo también es una reflexión de la condición de extranjero: cuando ya están ahí uno de ellos dice que ya no siente ser de Guatemala, entonces ¿acaso te conviertes no sólo un extranjero en el lugar al que llegas si no también en el lugar que dejaste?
DQD: Sí. De hecho eso me pasa cuando voy a España: cada vez más, soy considerado un extranjero. La gente que no es mi familia o mis amigos me escuchan hablar y me preguntan de dónde soy. En el momento que emigras, no eres ni de aquí ni de allá. La película es una mezcla de una experiencia personal y de todos los migrantes con los que hablé y también de la realidad de los no actores. Termina siendo una mezcla de muchas cosas y un testimonio colectivo de lo que es buscar una vida mejor, y principalmente los jóvenes que buscan mejores oportunidades porque hoy en día está muy complicado para que se realicen como personas, parece que les estamos poniendo obstáculos.
ESQ: Has trabajado también como fotógrafo, escritor y producto. ¿Qué tan importante fue toda esa formación para el éxito que tiene La Jaula de Oro?
DQD: Hay proyectos donde el motor es el director, el productor, un actor u otra persona. En este caso, yo tuve la idea y comencé la investigación, busqué a los testimonios y empecé a escribir. Cuando se lo llevé a los productores, ya era un proyecto bastante sólido. Ellos me ayudaron a mejorar a algunos aspectos y, sobre todo, a realizarlo y financiarlo aquí en México, y ellos tuvieron la capacidad de decir que era un proyecto interesante, porque la mayoría de los productores estaban asustados cuando les dije que me quería subir a un tren de verdad y hacer el verdadero viaje y trabajar con no actores, que quería hacer una épica. Creo que el director no sólo tiene la responsabilidad de contar la historia a nivel narrativo sino también a nivel visual y todo lo que implica la película.
ESQ: ¿Qué aprendiste en el proceso de realización de la película?
DQD: Otra de las razones por las que quise hacer esta película es porque tanto cuando vivía en Los Ángeles como cuando hablé con todos los migrantes en México siempre encontré que era realmente absurdo el enfoque de represión y criminalización de la migración, este enfoque de militarización en las fronteras y encarcelamiento. Hay gente que le caen tres o cinco meses o varios años sólo porque cruzó a los Estados Unidos. Les obligan a firmar lo que se llama la «salida voluntaria». Muchos niños me contaron cómo los oficiales de migración les pegaban y los torturaban para que firmaran la salida voluntaria en la cual dice que si vuelven a cruzar ilegalmente, han cometido una felonía, un crímen mucho más grande y los pueden encarcelar durante mucho tiempo. Están utilizando eso de tratar de que crucen menos pero es un abuso muy grande. También otros migrantes me contaron que los metían en celdas donde estaban cuatro o cinco días con el aire acondicionado a tope y donde todos acababan resfriados, con tos, gritando que se estaban congelando y los policías se reían. ICE es el organismo que se encarga de todas las redadas en Estados Unidos, y sus agentes cobran por cada migrante capturado y deportado; es como un bonus y esto crea muchísimos abusos, entonces esta gente va a la caza de migrantes. Es tremenda la cantidad de abusos que hay. En una de las entrevistas que hice en un albergue de mujeres en Tijuana, una mujer no podía parar de llorar todo el tiempo porque dijo que en Los Ángeles derribaron la puerta de su departamento a las siete u ocho de la mañana todos estos agentes fuertemente armados con fusiles y enmascarados, entraron como diez o quince a su departamento, se llevaron a todo mundo encadenados de pies y manos y ella estaba con su bebé. Una mujer del instituto de migración le quitó al bebé de los brazos y ella no había vuelto a ver a su bebé de tres desde hacía seis meses. Imagínate, qué derecho tiene este instituto de migración de quitarle a su hijo. Hablando con los migrantes escuchas millones de casos, de gente que le han separado de su familia, gente que incluso llegó ahí cuando tenían un año de edad pero que no nacieron allá, vivieron toda su vida en Estados Unidos y luego los botan en Tijuana; pero te botan ahí y tampoco pagan tu boleto de vuelta a tu país ni a tu ciudad de origen. También te cuentan que los botan por la noche y se quedan durmiendo en la calle y todo eso lo hacen a propósito. Son muchos abusos que han sido denunciados por muchas organizaciones de defensa de los migrantes. Hacemos esta película para denunciar estas prácticas que están pasando y para que se sepa que el abuso no es sólo del crimen organizado sino también del gobierno de los Estados Unidos y del de México y Guatemala, hay abusos a muchos niveles.