El estreno de La casa de las flores deja en claro una tendencia: que las producciones mexicanas de Netflix finalmente están logrando refrescar los géneros e hitos que por muchos años definieron nuestro cine y nuestra televisión.
Es decir, ya se hable de fútbol —como en Club de Cuervos—, del drama político —como en Ingobernable—, de biografías —como en Luis Miguel La serie— o de la telenovela, como ahora con La casa de las flores, la gente del servicio en streaming está demostrando que se trata de temas y géneros que se pueden tratar con mayor inteligencia y calidad en los medio de producción sin que se pierda la esencia, y sí en cambio actualizando los tópicos.
La casa de las flores se desenvuelve en una florería familiar, aparentemente exitosa, pero llena de secretos. “Un día, el patriarca se da cuenta de que su amante de mucho tiempo ha muerto de manera repentina y decide llevar a sus hijos a su hogar junto a su esposa y familia actual, quienes no sabían de su existencia”.
Hasta aquí podemos hablar de una telenovela como cualquier otra, hasta que vemos que los secretos mencionados incluyen drogas, infidelidades, homosexualidad y personajes transgénero; temas que ya no asustan pero que tampoco se asocian fácilmente con una actriz como Verónica Castro.
O como lo dice Cecilia Suárez, otra de las protagonistas, La casa de las flores trata temas que “parecieran tabúes, la serie habla de lo que no se quiere hablar pero la gente vive cosas así”.
Ante la inminencia del estreno de La casa de las flores y los temas que trata, la misma Verónica Castro se preguntaba: “Los jóvenes cómo me van a aceptar”, para profundizar un poco más sobre los sentimientos encontrados que le generó su participación en la producción: “Me está costando trabajo presentar todo lo que pasa en la serie”.
El responsable del regreso de Verónica Castro no es otro que Manolo Caro, director de películas tan exitosas como No sé si cortarme las venas o dejármelas largas y Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando, y de quien se ha dicho que está reinventando el melodrama, o actualizando el modo de ser y las temáticas que estábamos acostumbrados a ver en las telenovelas.
Según Cecilia Suárez: “Lo que hubiese tenido que pasar con las telenovelas es esto que está haciendo Manolo, es el melodrama llevado a más, contando cosas que nos transparenten, y la telenovela se estancó en un formato que ya no dice mucho”.
Aislinn Derbez también forma parte del elenco de La casa de las flores, y ahonda un poco más en el trasfondo de la propuesta: “Si pusieras esto en cualquiera de las televisoras en horario estelar se volverían locos, porque no están acostumbrados a tocar estos temas… La manera en que Manolo maneja esta realidad cruda, con humor negro, con realidad pero también con este melodrama, creo que es una combinación perfecta de nuestra vida en Latinoamérica”, y finaliza argumentando la importancia de este trabajo es que busca “decir hablemos las cosas como son, seamos transparentes, quitémonos las máscaras… es como una liberación”.
Finalmente, Verónica Castro afirma que fue el propio Manolo Caro el responsable de que ella aceptará el reto de reinventarse: “La hice primero por Manolo, muy amigo de Michel, prácticamente mi hijo desde muy escuinclillo… Me fue a ver al teatro y le solté, ‘y tú, estás haciendo cine y no me hablas, qué no me quieres o qué, caramba…’. Me dijo ‘¿de veras quieres trabajar?’. ‘sí’, le dije, ‘si soy actriz, me vine a trepar al teatro, que no quiera yo hacer cine’. ‘Yo tengo una cosa por ahí, igual y el personaje… a mí me encantaría…’. ‘Y a la semana ya estabas platicando y a la semana estaba yo aceptando’”, termina la actriz.
Sinopsis: “La familia de la Mora es aparentemente perfecta, pero oculta muchos secretos que se develan al morir la amante del padre en esta comedia satírica. La familia descubre que su negocio familiar, una florería llamada La casa de las flores, comparte su nombre con un cabaret del que también es dueño el padre. Al descubrir el gran secreto familiar, se revelan otros más, cosa que lleva a algunas relaciones a florecer mientras que a otras, a marchitar”.