De acuerdo con una encuesta reciente, la mayoría de los jóvenes quieren ser influencers y esto podría ser extremadamente aterrador.
˝Ser lo que quieras ser” es una promesa con la que muchos crecimos, ya sea por que te lo dijeron tus padres o le hiciste caso a Barbie, pero la frase se asociaba más a ser un científico, el próximo Premio Nobel o trabajar en una ONG por un mejor futuro, pero al parecer eso no es lo que entendieron millones de millennials (young y old), al parecer se perdieron en un camino repleto de hashtags y poses de fotos frente a #DoorsOnInstgram, al menos es lo que dice una encuesta muy reciente.
UN MUNDO LLENO DE INFLUENCERS
Los resultados de una encuesta publicada por Morning Consult, reveló que el 86 por ciento de los jóvenes entre 13 y 38 años están ansiosos por ser influencers de tiempo completo, en una época en la que es difícil definir a un influencer o siquiera saber si realmente están influyendo en alguien a la hora de tomar decisiones de compra. Lo que sí es seguro, es que están influenciando a sus seguidores para que sigan sus pasos, ¿suena fácil no? Además recibes miles de regalos para solo mostrarlos en tus redes sociales -Instagram para ser exactos-.
Como cualquier lugar en el mundo que no filtra sus fotos para tener cielos perfectos, la realidad es un poco más difícil que eso, de hecho basta sólo echar un vistazo a las cuentas de los influencers que sigues en Instagram y podrás ver que es un mercado muy saturado, especialmente con los presupuestos que las empresas trasnacionales -y nacionales- están inyectando a las personas que tienen más de 10 mil seguidores. Y como todo en esta vida al momento de sobre-saturar un mercado debes de comenzar a innovar, es ahí cuando se pone interesante.
LAS DIFICULTADES DE SER UN INFLUENCIADOR
Los influencers comienzas a acaparar otros mercados -que ya están saturados- y a utilizar algunas técnicas dudosas para tener mayor reconocimiento que van del comprar seguidores y comentarios, pasando por afectar patrimonios nacionales hasta insultar las tradiciones de ciertos lugares -sin mencionar la gentrificiación como ejemplo las escaleras donde baila el Joker–
¿Pero esto significa que los influencers desaparecerán? Probablemente no, así como no desaparecieron los socialités que saturaban las revistas a principios del siglo. Probablemente los influencers tendrán que buscar una diversificación lejos de una foto mostrando una proteína y centrarse en otros canales de comunicación, obviamente pasando más tiempo produciendo que vendiendo.
Queda claro que para una persona joven, el allure de pertenecer a este grupo es grande, ¿quién no quiere fama, dinero y una vida llena de glamour durmiendo en los hoteles más top del mundo? Pero surge la pregunta, ¿es mejor dormirse en esos laureles patrocinados a levantarte temprano y luchar por que el mundo no se acabe en 10 años?.
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