Se estrena en México Nightmare Alley, el nuevo filme de Guillermo del Toro, con quien platicamos acerca del proceso de rodaje y los mensajes que transmite.
Por Mario Székely
Para Guillermo del Toro, el cine está hecho de complicidad y su factura podría, sin problema, compararse a la de una feria de carnaval, en la que cada acto, carpa y personaje transportan a otro mundo, incluso para mostrar lo imposible hecho realidad.
Pero hay que tener cuidado, porque sus pasillos de espejos pueden revelar una versión de uno mismo que no se quiere ver.
¡México, Brasil, Argentina y todo Latinoamérica! #ElCallejóndeLasAlmasPerdidas ya está en sus salas de cine.
— Guillermo del Toro (@RealGDT) January 27, 2022
Para Guillermo del Toro, Nightmare Alley (El callejón de las Almas Perdidas, 2021) es una invitación a encontrar los claroscuros de nuestro ser, en una experiencia en la que él nos recibe en la entrada y promete un show distinto al de sus monstruos habituales.
La película, basada en la novela negra de William Lindsay Gresham -que fue llevada al cine en 1947 con Tyrone Power y Coleen Gray- es un acercamiento más al texto que a la cinta en blanco y negro.
Del Toro muestra la fascinación humana por creer mentiras
Del texto usa sus metáforas y utiliza a un personaje embustero como pretexto para hablar de la fascinación humana por encontrar a quien nos diga qué hacer con nuestras vidas -incluso validar nuestras acciones-, aún cuando sean mentiras hechas para complacer y manipular, nunca para revelar la verdad.
“Tendemos a creerle a la gente que parece confiable o que parece tener autoridad. No vamos más profundo. Si alguien nos dice algo y suena convencido de ello, le creemos”, comenta Del Toro en entrevista.

En Nightmare Alley (coescrita con su esposa, la escritora Kim Morgan), el precio de aquellos que creen en ilusiones se paga con sangre y el castigo para quien crea el embuste genera un vórtice hacia el mismo infierno.
La feria en la que Del Toro nos coloca es una especie de purgatorio terrenal, al que las almas llegan sin ser cuestionadas por su pasado, pureza o pecados.
Bradley Cooper y Guillermo Del Toro, el éxito de una relación simbiótica
Ahí vive Stan Carlisle (Bradley Cooper), huyendo de un crimen atroz. Cuando la oportunidad llega y se convierte en un “lector de mentes”, su esencia vuelve a acecharlo, revelando la oscuridad de la que está hecho.
“Para mí, Bradley es uno de los mejores actores que tenemos ahora y es la mejor colaboración que he tenido con un actor en 30 años. Tuvimos una gran asociación y complicidad», comenta Del Toro.

«Hubo momentos en la película que veía los encuadres y me sentía como el dueño de una galería de cuadros: ‘Este es mi cuadro original Bradley Cooper’”, asegura.
Del Toro bromea que su relación con Cooper llegó a ser tan simbiótica que podrían haber sido gemelos durante el rodaje, aunque la gente los viera como la película de Twins (1988), con la disparidad de cuerpos a la Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito.
“Estábamos muy conectados. Yo le decía a Bradley: ‘Tú reaccionas como un caballo de carreras’. Cuando veíamos las tomas de los ensayos, hasta hacíamos el sonido de caballos como aprobación. Él es un actor al que le crees que está experimentando las cosas por primera vez en pantalla”, describe con emoción el mexicano.
El talento de Cate Blanchett cambió el tono de la película
Los senderos de Nightmare Alley llevan al personaje de Cooper de la feria a la gran ciudad, donde conoce a la psiquiatra Lilith Ritter (Cate Blanchett).
De moralidad y ética dudosas, ésta se vuelve una potencial aliada que le comparte los secretos de sus acaudalados clientes, lo que Stan usa en su acto de adivinación mental.

“Hace años habíamos desarrollado una serie de televisión noir con Cate, que no se logró. Me encantó trabajar con ella, pues cuando le apuntas la cámara todo el cine de los años 30 y 40 se vienen hacia ella. ‘Vas a cambiar el tono de la película’, le dije».
“Cada vez que llegamos al consultorio de Lilith, el ritmo de los diálogos cambia. Todo el personaje lo diseñamos Kim y yo para Cate«, afirma.
«Recuerdo que le dije: ‘Cuando estemos en tu oficina, esa es tu jungla, tu territorio. Eres el gato más grande, el depredador’”, explica Del Toro acerca del trabajo de Blanchett.
Los juegos de poder que la gente juega
En Nightmare Alley, Cate se desplaza cual femme fatale, con el cabello platinado a la Barbara Stanwyck (Double Indemnity, 1944) y Veronica Lake (I Wanted Wings, 1941).
Es justo en el juego de poder entre Stan y Lilith, que Nightmare Alley revela su tesis de cómo quien fabrica una mentira se olvida que hay inocentes afuera y que pagarán las consecuencias.

Del Toro usa la seducción de la literatura y el cine negro para mostrar el interrogatorio de diván, para que los personajes indaguen esos demonios internos que los han llevado a fabricarse una vida de culto a sí mismos.
“En el consultorio es todo un juego de poder. Mi cámara subía y bajaba en los encuadres de Stan o Lilith, creando la sensación de que siempre uno está sobre el otro”, explica Del Toro.
“Llegué a cambiar mi propio estilo de dirección, porque normalmente traigo la película ya editada en la cabeza y al filmar Nightmare Alley me di cuenta que era precioso dejar a los actores hacer toda la escena. Era difícil decir ‘corte’, porque ellos mismos me metían en la escena”.
La realidad siempre supera a la ficción
La existencia de Nightmare Alley tiene la visión del tapatío acerca de cómo la sociedad cree vehementemente en quien llega a fabricar una ilusión, y recuerda cómo su cinta ganadora del Oscar, The Shape of Water, dio una bofetada a la ideología del entonces presidente Donald Trump de dividir a una sociedad usando conceptos racistas.
“Cuando comenzamos a filmar La Forma del Agua no sabíamos que iba a ganar Trump la presidencia de Estados Unidos. Y entonces la película se volvió más necesaria que antes«.

«La verdad es que nunca sabes cuándo tu historia va a tener resonancia; pero si eres un contador de historias, siempre vas a tratar de estar lo más cerca posible de todas las capas que conforman a la humanidad«.
«Y vas a estar trabajando con cosas que a veces, horriblemente, se van a sintonizar con las acontecimientos que suceden”, sentencia el creador de Cronos.
La versión en blanco y negro resalta la atmósfera noir
La realidad hecha pandemia empujó a Del Toro a tomar decisiones creativas que no imaginó, como decidir en su tiempo de encierro el realizar una versión de Nightmare Alley en blanco y negro, titulada Nightmare Alley: Visions of Light, en la que resalta la atmósfera y estética del cine negro.
“Estábamos a mitad del rodaje cuando tuvimos que detenernos por la pandemia. Ya habíamos filmado las escenas de la ciudad de Buffalo y nos faltaba el carnaval», recuerda.

«Pero lo bueno es que aunque Dan (Laustsen, director de fotografía) y yo habíamos decidido una película en color, el juego de luces y los colores rojo, verde y oro que usábamos en la escenografía provocaban estos medios tonos y contrastes«, señala.
«Lo curioso es que cuando conseguí que el estudio me autorizara estrenar una versión en blanco y negro, de pronto en mi cabeza esta era la versión oficial«.
“Hubo días en que Dan y yo, al teléfono, nos peleábamos sobre cuál es la mejor versión de Nightmare Alley, si la de color o blanco y negro. Me sentía como Archie decidiendo entre Betty y Verónica en su cómic”, concluye divertido.
Nightmare Alley (El Callejón de las Almas Perdidas), se estrena en cines y lleva el sello de garantía Cinépolis, por lo que es tu mejor opción para este fin de semana.
Sigue leyendo…
10 cosas que debes saber de Nightmare Alley, lo nuevo de Guillermo del Toro
Este es el reloj de Bradley Cooper, en Nightmare Alley, que buscan los coleccionistas