55 años, Inglaterra
Siempre nos ha gustado transmitir una imagen incómoda, oscura y siniestra porque es muy importante proyectar inmensidad en el escenario. Algo que me parece muy curioso es que en Estados Unidos sólo nos contratan para conciertos durante octubre, por la celebración de Halloween. Al parecer es la única época del año en que pueden vender nuestros shows, cuando es correcto verse raro y lo bizarro está permitido.
La percepción que se tiene de uno mismo puede ser completamente incorrecta. En general creo que la gente tiende a sufrir delirios de grandeza. Lo único que intento es ser un poquito monstruoso, horrible y dar miedo.
Cada que participamos en una sesión de fotos trato de verme gruñón y agresivo, pero la verdad es que me quitan la cámara de encima y soy todo sonrisas y amabilidad. Eso es un completo desastre para el fotógrafo.
Ser un monstruo es todo lo opuesto a ser un político, en el sentido que cuando te dedicas a la política debes tratar de verte impecable y agradable todo el tiempo. Sin embargo, cuando eres un monstruo es más divertido, porque no tienes que comportarte correctamente, sino que puedes hacer casi cualquier cosa, como beber mucho alcohol y portarte mal. Es más, se supone que los artistas debemos consumir drogas y tener sexo todo el tiempo, ¡es pura diversión!
Desde niños nos están diciendo qué hacer y qué no hacer. A mí siempre me ha gustado desafiar a la autoridad. Creo que esa actitud es la que ha provocado que nuestro público nos celebre tanto. A la gente le encanta escucharnos cantar sobre alguien que se mete un hámster por el culo; bueno, seguro que no a todos les gusta eso pero para mí es una metáfora del inconformismo, y en general la gente lo toma con mucha gracia.
No puedes permitirte ser un completo cínico y caer en la negatividad absoluta. Debes mantener la fe en la humanidad, aunque algunas personas no puedan evitar ser abominables. Hasta las personas más terribles pueden ser amables en ocasiones, lo que me recuerda que por eso me encanta el personaje de Tony Soprano. No era muy amable que digamos, pero a veces podía ser adorable. Creo que en general la gente es así, tienen muchas facetas en su personalidad.
Creo que todos poseemos el mismo porcentaje de bondad y maldad. A veces te topas con gente que saca lo mejor de ti y a veces con gente que saca lo peor.
El suicidio es la consecuencia definitiva de perder la fe en la humanidad. Lo mejor es mantenerse optimista.
Todo lo que conocemos desaparecerá con el tiempo: el arte, la gente que conoces, las ciudades. Todo se convertirá en polvo tarde o temprano, pero mientras estemos aquí debemos divertirnos lo más que podamos. Tal vez tu vida no signifique nada a un nivel universal pero a final de cuentas ya estamos aquí, así que deberíamos pasarla lo mejor posible.
Recuerdo que cuando tocamos por primera vez en la ciudad de México, en el Teatro de la Ciudad, quedé impactado: el lugar estaba a reventar y la audiencia se portó increíble con nosotros. Para la banda fue una experiencia exótica, y supongo que para el público también.
La impresión que tengo de los mexicanos es de absoluta locura. Todo se siente y se ve muy colorido. Su celebración del Día de Muertos es maravillosa. Se ven calaveras por todos lados, y otra cosa que me parece muy curiosa es que ustedes hayan tenido un emperador austriaco. Imagina eso, la cultura mexicana antigua mezclada con España y Austria. Me parece de lo más bizarro. De cierto modo, todo esto es compatible con The Tiger Lillies: la locura, las caras pintadas, las calaveras, los acordeones. Muchas cosas nos vinculan con ustedes.
Vamos a musicalizar Hamlet durante las dos presentaciones que tendremos en el Festival Cervantino (en Guanajuato). La producción será una de las mejores en las que hemos participado: muy visual, llena de disfraces, acrobacias, proyecciones, video y 18 canciones mías que considero algunas de las mejores que he escrito. La obra se dividirá en dos actos de una hora cada uno. Lo único que deberá tomar en cuenta el público es que esta versión de Hamlet contendrá tan sólo un cinco por ciento del material original —de Shakespeare— y eso tal vez moleste a los puristas. Sin embargo, nuestra versión estará más enfocada en capturar los acentos que definen el sufrimiento de Hamlet: la sensación de condena y traición. Se concentrará más en interpretar los conceptos y la esencia de la obra.
En el futuro inmediato voy a seguir con mi proyecto de musicalizar en vivo algunas películas clásicas del cine mudo europeo. Ya lo hice con The Cabinet of Dr. Caligari (1920) en Varsovia, Rumania y Londres, y me encantó. Fue un éxito. Ya tengo planes para hacer lo mismo el próximo año con Variety (1925) durante el Festival de Cine de Berlín.
Martyn vivió durante buena parte de su juventud en un pequeño departamento arriba de un burdel del Soho londinense, sufriendo las calamidades cotidianas de sus vecinas prostitutas y criminales de poca monta, lo que sirvió de inspiración para muchas de sus canciones.
Fotografías: Rene Huemer/Andrey Kezzyn