Erik Lehnsherr: mutante que manipula las fuerzas electromagnéticas. Alemania.
- Digamos que soy el monstruo de Frankenstein y estoy buscando a mi creador.
- ¿Por qué haces preguntas para las que ya conoces las respuestas? A lo que en realidad le temes es a mí y a los de mi clase: la hermandad de mutantes. No me sorprende. La humanidad siempre le ha temido a lo que no entiende.
- Siempre has sabido por qué estoy aquí, pero las cosas han cambiado. Somos la siguiente etapa de la evolución humana. Todo empezó como una misión encubierta, pero mañana la humanidad sabrá que existimos. Nos temerán y ese miedo se transformará en odio. ¿De verdad eres tan ingenuo como para pensar que no pelearán en contra de su propia extinción?
- Me encantaría matarte, así que recuerda mis palabras: si le adviertes a alguien que estoy en camino, te voy a encontrar.
- Honor y sangre, ¿qué preferirías derramar primero? No hay lugar para la tolerancia. No existe la paz, ni aquí ni en ningún otro lugar.
- Te daré esperanza, viejo amigo. Sólo pido una cosa a cambio: que no te interpongas en mi camino.
- He estado a la merced de hombres que sólo estaban cumpliendo órdenes. Nunca más. Una vez me marcaron, pero déjame asegurarte que ninguna aguja volverá a tocar mi piel otra vez.
- Mis padres eran de Düsseldorf. Ambos. No tenían nombre. Se los quitaron criadores de cerdos y sastres.
- ¿Cerveza alemana? La mejor.
- Nunca confíes en una mujer hermosa, especialmente en una que esté interesada en ti.
- Siempre he pensado en Dios como un maestro, como alguien que brinda luz, sabiduría y entendimiento.
- Si empleas la mitad de tu fuerza en intentar parecer normal, entonces sólo empleas la otra mitad en cualquier otra cosa que estés haciendo.
- Charles Xavier hizo por los mutantes mucho más de lo que puedes imaginar.
- Mi único y más grande arrepentimiento es que Charles tuvo que morir para que nuestro sueño siguiera vivo.
- No hay una tierra de la tolerancia. No existe la paz. Ni aquí ni en ningún otro sitio.
- Quieres que la sociedad te acepte, pero ni siquiera te aceptas a ti mismo.
- Que nos enfrentemos, eso quieren. Traté de advertirte. Te quiero de mi lado. Tú y yo somos hermanos. Todos nosotros, protegiéndonos los unos a los otros. Queremos lo mismo.
- Esta sociedad no nos aceptará. Formaremos la nuestra. Los humanos jugaron su carta. Ahora nosotros nos prepararemos para jugar la nuestra. ¿Quién está conmigo? La guerra aún está por venir y voy a pelear por cualquier medio necesario.
- Mi casco, que parece tan estúpido, es lo único que me protege de los tipos realmente malos.
- Nadie habla de ello [el exterminio]. Se lleva a cabo y ustedes siguen como si nada, ignoran todas las señales que están a su alrededor. Y luego un día, cuando el viento está en calma y ha caído la noche, vienen por ti. Sólo hasta ese momento te das cuenta de que mientras estás hablando acerca de organización y comités, el exterminio ya ha iniciado.
- No se equivoquen, mis hermanos, serán ellos quienes derramarán la primera gota de sangre. Nos forzarán a usar una cura. La única pregunta es: ¿se unirán a mi hermandad y pelearán, o esperarán el inevitable genocidio? ¿Se unirán a mí? ¿A los humanos? ¿O a los mutantes?
- Dicen que quieren curarnos, pero yo digo que nosotros somos la cura, la cura para esa inestable e imperfecta condición llamada Homo sapiens.
- Quiero que seas lo que eres, como la naturaleza lo querría. La cura se pensó para todos nosotros, pero si queremos libertad, deberemos pelear por ella. Y esa pelea empieza ahora.
- He sido una rata de laboratorio, así que sé cuando estoy frente a una.
- Los humanos tienen sus armas, nosotros tenemos las nuestras. Golpearemos con una venganza y una furia que este mundo jamás ha conocido, y si algún mutante se interpone en nuestro camino usaremos este veneno contra ellos. Iremos a la Isla de Alcatraz, tomaremos control de la cura, destruiremos la fuente y luego nada podrá detenernos.
- Es hora de terminar esta guerra. Será necesario que estemos unidos en un momento en el que no podríamos estar más separados. Se nos dio una segunda oportunidad.
- ¡Hoy terminan nuestras peleas! Quítense la venda de los ojos, hermanos y hermanas. El verdadero enemigo está allá afuera. Puedo sentir sus armas moviéndose por debajo del agua, el metal apuntándonos. Estadounidenses, soviéticos, humanos unidos en su temor hacia lo desconocido. ¡Los neandertales corren asustados!