Cantautor, coreógrafo y productor, 28 años, Honolulú, Hawái
Cuando una canción es auténtica no importa lo que la rodea. El espectáculo en un concierto impacta en el aspecto visual y te infunde energía en el momento, mientras que la esencia de una composición te llega a nivel emocional y recorre todo tu cuerpo. Creo que la verdadera parafernalia sucede en uno mismo cada vez que experimentas la alegría de una buena tonada y de una letra con la que te identificas. Es cuando se desatan los efectos especiales pero en tu lado más sensible. Esa es una energía permanente que desactiva de alguna forma lo que sucede en el exterior para hacerte viajar por el espacio de la introspección.
Mi trabajo consiste en divertirme mientras me tomo las cosas muy en serio. Creo que siempre he pensado así. La música es una forma de vida desde cualquier ángulo en que la veas. Me hace muy feliz y la observo con mucho respeto y cariño. Mi sueño era ganarme la vida haciendo lo que me gusta y por eso ensayo mucho para cada presentación.
Ser serio consiste en ser responsable con todo lo que define tu vida profesional, mientras pasas un momento agradable que compartes con todos los que así lo desean.
Ver la vida con seriedad no significa que no la pases bien. Puedes y debes reírte hasta de ti mismo, mientras no dejes de planear la estrategia que te acerque a tu objetivo. Esa fue una de las lecciones que recibí al grabar mi primer disco. Tuve la satisfacción de haberlo logrado. Desde entonces puedo decir que me fascinan los estados de concentración y perseverancia, pero también los de buen humor y relajamiento que te permiten ver las cosas con más claridad.
Recuerdo que una ocasión le pedí a mis padres que me compraran un libro de chistes y adivinanzas. Descubrí que hay personas cuyo propósito en la vida es ganar dinero mientras hacen que los demás se diviertan. Me gusta esa filosofía porque representa una paga doble cuando el placer es de ambas partes. Ese es el mundo del entretenimiento que siempre me hace sentir muy bien.
Cuando siento que no es un buen consejo, prefiero ignorar lo que me dicen los demás. Los rechazos te ayudan mucho porque terminas fortaleciendo tus creencias. Mi presente es lo único que existe y cada día es una nueva oportunidad y un nuevo reto. Sólo es saludable tener en cuenta las recomendaciones o los comentarios de alguien más cuando sientes que son sinceros y que buscan ayudarte, que no están tratando de sacar ventaja de determinada situación.
La ambición es un asunto tanto delicado como necesario. Es lo que debe impulsar tus convicciones, pero que a la vez no debe sobrepasar lo que consideras correcto. Intento seguir adelante con mi sueño de escribir música que puede gustarle a alguien más e interpretarla con esa misma intención. Reconozco que soy ambicioso cuando se trata de la felicidad. No tiene que ver con dinero, sino con todo lo intangible que produce ese estado de ánimo que si bien no es permanente, sí puede estar presente en tu vida en gran medida. Si piensas que la vida se trata sólo de acumular dinero, te darás cuenta muy tarde de que los humanos estamos aquí por algo que va mucho más allá de ello.
Siempre me ha interesado estudiar la historia de la música y eso se lo debo a mis padres. Escuchar la mejor música que se creó mucho antes de que yo naciera me enseñó a percibirla como un ser vivo que se alimenta constantemente para seguir creciendo. No seríamos nada sin todos los grandes genios que han existido y sería una lástima ignorar su legado, ya sea como músico o como escucha.
Pasión y sensibilidad: creo ante todo en eso para hacer las cosas bien. La composición es un acto mágico pero no es una casualidad. Cuando sientes que eres una especie de antena que recibe la señal que te indica la idea, es cuando logras entender por qué la música es alimento para el espíritu. Y si lo que haces no te provoca esas ganas y esa sensación, busca lo que de verdad genere esa experiencia, lo que te haga sentir que estás contribuyendo con algo positivo a este mundo. De otra manera habrá un vacío muy grande en tu interior.
Es interesante lo que está sucediendo con la industria discográfica. Tenemos que ser más creativos y honestos si queremos que las personas compren nuestras canciones. Es también una cuestión de respeto de ambas partes: el artista debe empeñarse en grabar lo mejor y el público debe valorar ese esfuerzo.
Cuando habitas el mundo del espectáculo, más vale que lo hagas con mucha cautela. Si vives en él las 24 horas te pierdes de lo que se supone que es la vida. Ha sido muy difícil llegar a este punto de mi carrera y quiero que continúen los retos. Tengo que seguir adelante sin olvidar lo bueno que tiene cada minuto de la existencia y sin apartarme de todo lo que en verdad vale la pena.
Las caídas y los empujones en la vida son positivos porque tropezar te alienta a poner más atención en el camino.
Fotografías: Efe y Cortesía.