Albert Einstein decía que si uno busca resultados distintos, no debe hacer siempre lo mismo. Esa es una filosofía que comparte al cien por ciento Ariel Rojo, diseñador industrial, empresario, productor y férreo promotor de las industrias creativas mexicanas en el mundo.
Desenfadado, amante de las tardes de películas y palomitas tumbado en el sofá, mezcalero y cervecero, Rojo combina en su día a día el humor, la conciencia y la responsabilidad. Quien compra una de sus piezas se lleva también la reflexión, el trabajo en equipo, las risas, la investigación, el proceso que le dio forma y vida a algo tan cotidiano como una silla, un inodoro, un lavamanos, una cocina, una alcancía o un bolso. “Los diseñadores nos dedicamos a generar valor, no dinero, y eso es algo que se debe entender en nuestra sociedad. Va de la mano, pero el cliente es el que genera dinero con la repetición de ese valor”, dice.
El diseño mexicano vive actualmente uno de sus mejores momentos, y por ello Rojo está convencido de que en menos de una década la ciudad de México ocupará un lugar importante en el mapa de las grandes capitales de las industrias creativas. Para muestra, su trabajo, que se ha expuesto en el MoMA de Nueva York, en las Olimpiadas de Diseño 2010 en Corea del Sur, en el London Festival of Architecture 2008 y el London Design Festival en 2013 y 2014. Y aunque él es el rostro de un equipo multifacético y multidisciplinario, y uno de los diseñadores mexicanos más reconocidos en el extranjero, Rojo no se considera workaholic, sino todo lo contrario. Se define como un “amante del ocio” y, para explicarlo, se remite a los griegos: “Ellos lo tenían todo muy claro. Hay dos palabras que me gustan mucho de su etimología. La primera es ‘ocio’, que es sinónimo de ‘recreación’. Es decir, ese momento en el que te reinventas a través de la lectura de un libro o cualquier otra actividad que implique la re-creación de tu ser. La segunda es ‘negocio’, que no es más que la negación del ocio, o sea, de la recreación y de tu constante construcción como individuo. Qué mal que en este momento de la historia del ser humano, lo más importante sea justo eso”.
Rojo se sabe afortunado. Su momento favorito del día es la hora de la comida en casa, en compañía de su mujer. Dice que es un hombre recreativo que no sólo emplea su creatividad en piezas de diseño, sino en el entorno en el que vive diariamente. Y como sabe que la vida está hecha de momentos únicos, él se dedica a atesorarlos, para luego transformar sus pasiones en objetos.
Fotografías: AFP y cortesía