Compositor, cantante y guitarrista, 37 años, Cambridge.
Desde 1994, Bellamy hace equipo con el bajista y tecladista Christopher Wolstenholme y el baterista Dominic Howard para dar forma a Muse. Han vendido más de 15 millones de discos y este mes lanzan Drones, su séptimo álbum de estudio, que grabaron en Vancouver.
> Desde que era niño me atrajeron mucho la música y la literatura. Me parecen dos universos paralelos que son capaces de ampliar tu mundo tanto como tú quieras. Me habría gustado también ser escritor, pero desarrollar una historia, concentrada en un álbum, me ha parecido la actividad ideal. Creo en la expresión artística tanto como en la ciencia y el proceso espiritual que forman al ser humano.
>Me llama la atención el nivel de extravagancia que el rock puede permitirse, sin reserva alguna. Queen es un buen ejemplo. En términos generales, el rock progresivo y su combinación con elementos orquestales es una muestra de su legado musical apasionante. También todo lo relacionado con la ciencia ficción y esas historias que tienen que ver con las teorías de conspiración son temas que me han empujado a saber un poco más y entender en qué consiste la maquinaria de poder que trata de definir el rumbo de este planeta.
> Los conciertos encierran momentos surrealistas. Es una locura ser testigo de un coro conformado por una multitud. Es bueno mantener el equilibrio entre esos instantes y los que corresponden a la soledad y al ejercicio de la composición. El respeto que le tengo a la audiencia no se basa en hacer el álbum que la gente espera —porque eso nos llevaría a una complacencia que los subestimaría— sino en tratar de evolucionar con nuevas canciones que hagan más profunda la experiencia, sin caer en los mismos moldes que ya hemos usado antes.
>Drones crea un escenario para motivar a la reflexión. No quiero que parezca que soy pretencioso, pero trato de tener siempre presente la función del arte en cualquier ámbito. Una pieza artística, como una canción, debe darte algo para alimentar tu alma.No se trata de ser paranoico y sentirse vigilado todo el tiempo, sino de mantener el sentido común y no dejar que se nos escape la esencia humana, no olvidar que somos una comunidad ni olvidarnos del tema ambiental.
>Habíamos tratado de concentrarnos en la potencia de la banda en vivo. Ahora lo que intentamos fue concentrarnos en el sonido de la banda en términos de intimidad. Y no es que ahora Muse suene de forma más compacta, pero sí más personal. La experiencia al grabar este álbum nos llevó a encontrar otra clase de emotividad. Y todo ello ha provocado que nos reencontremos con nosotros mismos después de estar juntos más de 20 años.
> Me gusta explorar el lado oscuro de la humanidad para tratar de comprender las atrocidades. La ambición desmedida es lo que ha conducido al mundo hasta este punto. En Drones se explora la crisis ecológica y la pérdida de empatía que parece identificar cada vez más a la humanidad. El personaje que habita esta historia es un reflejo de lo que muchos podemos pensar y sentir ante este escenario desolador que nos provoca desilusión. ¿De qué manera podemos transformar nuestro interior para que no sea un reflejo de lo que sucede afuera? Es una de las preguntas detrás de estas canciones.
> Cuando ves en los noticieros todo lo que sucede a nuestro alrededor, a veces es fácil perder la esperanza y pensar en la posibilidad de un cambio. No tengo la respuesta ni la solución para evitar que el mundo se nos escape de las manos. De lo único que estoy seguro es de la responsabilidad que cada persona tiene, en todos los sentidos. Cuando la mayoría de los que habitamos el planeta sea consciente de ello, habrá un cambio que nos llevará hacia una dirección distinta y entonces podremos devolverle la importancia a aquello que en verdad debería tenerla.
> Vivimos días en los que sobrevaloramos la capacidad tecnológica sin que nos importen realmente las cuestiones básicas de nuestro entorno. Debería ser más importante el sabor del agua que bebes en cualquier sitio, que preocuparte por la calidad del wifi. Es desconcertante darnos cuenta de lo mucho que puede molestarnos que no tenga buena recepción nuestro teléfono porque cruzamos por una zona boscosa. ¿Qué es más importante ahora? Es así como ha cambiado la óptica en estos tiempos y deberíamos hacer un alto para poder mejorarla.
> En lugar de reforzar las ideas que nos han llevado demasiado lejos en terminus de lo inmediato, de la vorágine que consume nuestras horas de cada día, habrá que hacer un intento por equilibrar las tendencias y volver a pensar en lo que cada uno debe hacer. Creo que esa reflexión siempre la hemos manifes- tado en nuestro trabajo.
> Una canción puede tener la capacidad de llevarte de viaje y aclarar tus ideas. Por eso nos encanta lo que hacemos; gracias a ello encontramos lo que puede ampliar nuestro horizonte como seres humanos y como artistas. Somos afortunados al no querer hacer otra actividad que no sea esta.
> La retroalimentación con nuestros fans es fundamental. Así podemos comprobar que es posible promover un pensamiento diferente. Tenemos en nuestras manos la oportunidad de cambiar las cosas hacia un camino más consciente.