El primer teaser del nuevo documental de Diego Maradona —que se llama justamente Diego Maradona, y es de Asif Kapadia, quien también dirigió a Amy y Senna— en un solo minuto logra resumir todo lo que Maradona era sin mostrarle tanto.
Es el 5 de julio de 1984, un caluroso día azul eléctrico en Nápoles, y Maradona está casi listo para salir al estadio San Paulo para encontrarse por primera vez con los hinchas del Napoli.
Acaba de llegar de Barcelona con un traspaso récord de 7.5 millones de dólares americanos, lleva una gorra plana azul cielo y la expectativa es intensa.
Entre las enormes piedras de color arena que forman las paredes de la calzada curva en las entrañas del estadio y el rugido agitado de la multitud, todo se siente como una película de gladiadores.
Luego nos vamos a una conferencia de prensa repleta, donde un funcionario advierte que la cancelará si la gente de prensa no guardan distancia.
Luego la cámara se enfoca, y ves a los fanáticos de Napoli gritando y golpeando desde el techo; subieron por el costado del edificio para pegar el ojo a las salidas de aire y echar un vistazo al hombre.
Esta es Maradona antes del gol del siglo, recuerda. Antes de la mano de Dios. Él ya es una deidad. También es Maradona antes de su caída en parodia, de la celebración con ojos saltones en la Copa del Mundo del 94, del acto de tributo de un solo hombre a Animal House en el Mundial del año pasado.
Es una ventana a una época en la que él era simplemente el mejor jugador que había, y posiblemente el mejor que ha existido.
Olvida el duopolio de Messi-Ronaldo por un segundo. Una cosa es tener una cuenta de Twitter llamada @Messi10god o postear imágenes de los muslos de CR7. Otra muy distinta es subir al costado de un edificio para gritarle a un hombre que nunca has conocido.
Los cambios de fandom a lo largo del tiempo, obviamente, pero este clip tiene que ser obligatorio para que los más jóvenes conozcan un momento en que Maradona no era sólo el tío vergonzoso que pasó tres semanas en Rusia mostrando el dedo medio a extraños y luciendo regularmente cansado y exaltado.
El fútbol del siglo pasado tiende a ser muy ensalzado, y eso está bien. El impacto visceral de los grandes se ve atenuado por el tiempo y por los demasiados programas que reducen el trabajo y la vida de un jugador a una serie de títulos y estadísticas.
Sin embargo, este tráiler es un romanticismo en el que realmente puedes creer: un vistazo a la manía que rodeaba a Maradona, capturada como sucedió, y con cierta neblina de VHS de ensueño, quemada por el sol. Recuerda a Maradona de esta manera: era genial y estaba listo para ser un grande.
Por Tom Nicholson
Vía Esquire UK