Muerte Maradona: El juego de la mano de Dios en el ’86. Una jugada que se mantiene en nuestra memoria por diversas razones.
Los cuartos de final de la Copa del Mundo de Argentina contra Inglaterra en México en 1986 se convirtió en uno de los juegos más famosos de la historia del fútbol gracias a… ¿la mano de Dios?
Ha habido pocos juegos en la historia de la Copa Mundial, y de hecho en el futbol por completo, que hayan dejado un impacto más duradero en el deporte que esta victoria argentina. La victoria del equipo sudamericano sobre Inglaterra en los cuartos de final de 1986 en la Ciudad de México será siempre recordada. Y no tanto por sus grandes jugadas, sino por una presencia «sobrenatural» y que algunos han llamado sucia por años.
Maradona —el mejor jugador del planeta en ese momento— era el capitán y número 10 de ese Argentina vencedor. La sede: el Estadio Azteca. Signo fundamental del futbol en México.
Los goles
Mientras que el segundo gol de Maradona se recuerda por su genialidad y entrega, no podemos decir eso del primero. El cual ha sido ejemplo perfecto, por años, de la gran capacidad que tenía Diego Armando para crear controversia y dividir opiniones.
Hoy, hay gente que aplaude ese gol. Pero también hay quien lo reprueba, como el vestigio de una falta irresoluble y la muestra de una reprobable actitud antideportista.
Estamos hablando, por supuesto, de la «Mano de Dios», como el mismo Maradona denominó el gol inicial, después de lanzar un balón por encima del portero inglés Peter Shilton.
Maradona tenía 25 años en ese entonces y estaba entrando en el mejor momento de su carrera. Había roto ya el récord mundial de transferencias por segunda vez al unirse al Napoli, procedente del Barcelona, por £ 6.9 millones en 1984. También ayudó al equipo de la Serie A a terminar octavo y tercero después de haber evitado por poco el descenso la temporada antes de firmar.
Inglaterra, para el día de este partido, había terminado segundo en su grupo y vencido a Paraguay en los octavos de final. Argentina estaba invicta y había vencido ya a Uruguay.
Destaca que para este encuentro, la rivalidad futbolística estaba fundamentada en cuatro años atrás, cuando los dos países habían estado en guerra por las Islas Malvinas.
El ambiente, por supuesto que era tenso.
El segundo gol y las dudas
Cuando corría el minuto 6 del segundo tiempo, Maradona tomó el balón fuera del área y con la pierna izquierda se lo pasó, entre varios defensas ingleses, a su compañero Jorge Valdano, quien fue interceptado por el defensor Steve Hodge.
Por la inercia de la jugada, Maradona habría quedado en fuera de juego, pero por venir el balón de un contrario fue correctamente habilitado.
Ya dentro del área —y con la pelota cayendo—, Maradona fue en su búsqueda a la par portero Peter Shilton, 20 centímetros más alto que él. Shilton saltó adelantando su mano derecha, al mismo tiempo que Maradona lo hacía con el brazo izquierdo extendido. El puño del argentino, cercano a su cabeza, golpeó antes el balón, que rodó hacia la meta.
Maradona comenzó a festejar, mirando de reojo al árbitro y al juez de línea, relajándose cuando el gol fue convalidado.
Algo que a los ingleses no les gustó mucho, a pesar de sus avisos desesperados al árbitro Ali Bin Nasser.
El comentarista inglés, Barry Davies, se preguntó por qué estaban reclamando un fuera de juego, cuando el balón había sido claramente jugado por Hodge, no por Argentina. Davies vio que el brazo de Maradona estaba levantado en una repetición, pero todavía había algunas dudas en ese momento sobre lo que realmente había sucedido.
Tras el partido
Cuando las repeticiones televisivas y las fotografías habían dejado claro que Maradona había manejado el balón, el goleador le dio a su primer gol su célebre nombre al comentar que había entrado «un poco con la cabeza de Maradona y un poco con la mano de Dios». Aludiendo a los reproches de si había tocado o no el balón con su puño.
«Estaba esperando que mis compañeros me abrazaran y no vino nadie … Les dije ‘Vengan a abrazarme o el árbitro no lo va a permitir’», alguna vez añadió.