Pensar en la historia del Super Bowl es la simbiosis en su punto más alto del entretenimiento: los medios de comunicación y el deporte-espectáculo.
por Crac909
Una tarde que paraliza a los Estados Unidos, mientras alcanza audiencias globales que voltean a ver el emparrillado más importante del mundo. Sin embargo, en su concepción, lejos estaba la idea de diseñar un foco de atención. Era simplemente una revancha.
En 1959, Lamar Hunt, empresario tejano e impulsor del deporte, buscó una franquicia de NFL en Dallas, TX. El futbol americano profesional aún se encontraba lejos de las preferencias, por debajo del beisbol e incluso de la faceta colegial del ovoide y con la idea de no expandir el organismo sin la estrategia apropiada, el equipo le fue negado, no así a la ciudad que un año más tarde conoció a los célebres Cowboys.

Hunt, quien siguió en la búsqueda del equipo profesional no encontró ventana, aunque sí otros empresarios en una situación similar. Así nació la American Football League, que a pesar de que la historia no se encontraba de su lado, ya que ninguna liga fuera de la NFL había podido florecer, se estableció con ocho equipos en su campaña inicial en 1960, incluyendo los Dallas Texans de Lamar Hunt, que sin embargo, no hicieron competencia en los corazones de los oriundos de la ciudad que ya tenían a los Cowboys como su equipo. En Texas sólo cabe una estrella.
Así, el alcalde de Kansas City ofreció cobijo, y aún más importante: una afición. La promesa eran 25 mil asistentes a cada partido. Entonces, como en un giro de película estadounidense, el equipo se quitó las botas y el sombrero para ponerse el tocado de plumas y el arco con una punta de flecha rumbo al porvenir: nacieron los Chiefs. Qué por cierto estarán jugando su cuarto Super Bowl el 7 de febrero.

Entonces la AFL comenzó a crecer sus ratings: su idea de ser una liga juvenil, de contra cultura, asociada a la televisión a color, a la integración racial, a la construcción de estrellas televisivas como Joe Namath (QB, Jets de Nueva York), quien fue el primer sex-symbol en el deporte y el primer atleta en recibir un millón de dólares por rasurarse en un comercial. La NFL, con un discurso dominante, bélico, que asociaba a la tradición estadounidense se convirtió en la antípoda idónea.
Para 1966 el choque era inminente. Hunt se enfrentó al comisionado de la NFL, Pete Rozelle con miras a desarrollar un partido entre las dos ligas para establecer el dominio, natural en cualquier deporte: así nació en la historia el AFL-NFL Championship Game, que sin embargo, el propio Lamar bautizó como Super Bowl, haciendo un juego de palabras entre “Super-Ball”, una pelota rebotadora y “Bowl”, forma de estadio que bautiza las finales colegiales (Rose Bowl, Cotton Bowl, Orange Bowl). Aunque no era el nombre oficial la prensa lo tomó y para la tercera edición del juego se dio a conocer como lo nombramos hoy en día.


Así llegó el 15 de enero de 1967: Coliseo de Los Ángeles. Cómo si no fuera necesario un escenario épico, en la Meca del entretenimiento. La American Football League puso a los Chiefs del propio Lamar Hunt, mientras que la National Football League tuvo a los Green Bay Packers, dinastía de la década con Vince Lombardi como la figura, quizá el más famoso de los estadounidenses en aquel momento. Incluso Richard Nixon lo consideró como compañero de fórmula para la elección de 1968 (aunque era un demócrata confeso). El gran patriarca de la nueva liga ante la figura pilar del viejo circuito.
El partido, si bien histórico en su esencia, no representó el más emocionante de los partidos. El primer touchdown de Max McGee dejó una postal para las épocas y los Packers dejaron claro que en cuanto a calidad aún estaba lejos la nueva liga: 35-10 fue el marcador final.

Para 1970, con el fallecimiento de Vince Lombardi, la liga reconoció al coach que consiguió los primeros dos títulos bautizando el trofeo que hasta la fecha lleva su nombre, en el marco, además, de la unificación de las dos ligas que ahora operarían como una sola, con los equipos de la vieja escuela en la Conferencia Nacional y los de la nueva en la Conferencia Americana.
Pero en los anales de la historia del Super Bowl, si se busca al padre de este partido habría que ir a 1959 cuando un empresario no pudo tener un equipo y tuvo que inventarse una liga.