Pronunciar la palabra Oaxaca es pensar inmediatamente en comida. Y es que, si hay algo que distingue a este estado es su cocina. Asentada en raíces prehispánicas que hoy siguen vivas en muchos platillos, es rica, sabrosa, ancestral y de un tiempo a esta parte además de tradicional también es moderna.
Pocos son los que no han recorrido sus mercados en busca del mejor queso de Oaxaca, o eligiendo qué tamaño de chapulines es el mejor para tomar como botana, o solventando la duda de si llevar mezcal o crema de agave. En Oaxaca se respira comida por todos los puntos cardinales, es una inspiración para chefs y restauranteros del país, pero para los capitalinos no es siempre fácil ir a pasar unos días degustando la herencia culinaria que allá sigue existiendo.
Por eso, queremos mostrarte un menú de tres tiempos que te ayudará a quitarte el antojo oaxaqueño cuando lo tengas. ¿Y por qué tres tiempos? Porque el desayuno, la comida y la cena tienen hoy sabor Oaxaca.
Tanguyú
Este restaurante cuyo nombre en zapoteca significa “muñeco de barro”, está situado en una casa trae a la capital lo mejor de la cocina itsmeña de la mano de su dueño, originario de Mihuatlán. Ten claro que lo que en sus mesas vas a probar es comida casera al 100%, como las tlayudas con asiento, los moles de tres colores (negro, amarillo y verde), el chorizo, los tasajos, los tamales o el tejate.No te olvides de un gran dato: todos los ingredientes de los platillos proceden de las ocho regiones de Oaxaca. Será tu lugar para comenzar el día ya que una de sus especialidades es el tradicional chocolate de agua con un pan de yema.
¿Dónde? En Joyas 23, Col. Estrella
Barro Negro
Cuentan que su arrachera barro negro es la estrella de la casa, pero no el único platillo que hay que ordenar si decides ir a los dos restaurantes que tienen en la ciudad. Creado por un grupo de empresarios oaxaqueños con el objetivo de honrar a su tierra, Barro Negro es un espacio que Oaxaca combina la tradición con la modernidad. En su interior pinceladas artesanales de barro negro hacen pensar en las ancestrales culturas mixtecas y zapotecas, dos regios en las que la comida es un pecado.
Entre todo lo que puedes encontrar en su carta, para tu deleite, están los chiles mulato, los chiles de agua, los chapulines, el chilhuastle, las tlayudas, los frijoles negros, el quesillo o el sabroso chorizo y tasajo.
Elígelo como opción para la comida y la cena porque es el momento en el que sirven los siete moles (negro, coloradito, rojo, chihilo, manchamanteles, verdecito y amarillito) o el pescado barro negro, que presetan relleno de plátano, envuelto en hoja santa y bañado con mole negro.
¿Dónde? Hamburgo 222, Col. Juárez y Molière 48, Col. Polanco.
Los Danzantes
Ir a Coyoacán siempre es una experiencia grata, y más si se va a comer oaxaqueño. Frente a la Fuente de Coyotes se encuentra este restaurante que busca que el comensal viva toda una experiencia culinaria. El mezcal es la bebida oficial de la carta, y aunque tiene una amplia cava de vinos mexicanos, deberás atreverte a maridar tu comida con este destilado. Para empezar ordena la hoja santa rellena de queso panela y los escamoles; continua con una tlayuda Danzante con salsa de miltomate, rodajas de queso de cabra ceniza con asiento de tres chiles; una sopa de hongos con flor de calabaza te hará entrar en calor (si no lo consiguió el mezcal) y, quizá para terminar, unos tacos de pato envueltos en hoja de plátano en salsa de chile pasilla oaxaqueño, cebolla, cilantro y aguacate.