Esta es la forma más elegante de hacer un gin Martini, la forma seca (sin el consejo de Bond).
Ingredientes
1 onza de vermut seco
4 onzas de Ginebra seca
1 copa de cóctel
Twist de aceitunas o limón
Instrucciones
1. Llena una coctelera de metal con hielo picado.
2. Vierte el vermut seco, revuelve ligeramente y cuela (esto puede omitirse, si así lo prefieres).
3. Agrega 4 onzas de ginebra. Revuelve enérgicamente durante unos 10 segundos.
4. Cuela en una copa de cóctel fría y decora con aceitunas o un toque de limón.

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James Bond bebió martinis. No estamos seguros de que lo hayas escuchado. (Ironía). Y es que hay muy pocas personas que habiten en las regiones de habla inglesa en este planeta que no aprendieran a instruir con brusquedad «shaken, not stirred» desde la tierna edad de, ¿qué, 9 años? Pero maldición, ¿el tipo le dio mala reputación al martini?
Los martinis agitados combinan hielo y licor, diluyendo en exceso lo que debería ser un delicado equilibrio de ginebra con esa sombra de vermut. (El agitado generalmente se reserva para los cócteles que contienen jugo de frutas). En un buen martini, un martini revuelto, el hielo debe eliminar el calor más fuerte del cóctel. Nada más. La contribución vital del hielo es enfriar. Quieres un martini con un escalofrío helado que castañetea los dientes; entonces revuelve enérgicamente tu trago durante 10 segundos completos —que es más de lo que piensas—.

Con la instrucción de Bond firmemente rechazada, creemos que ésta es la forma más elegante de hacer un martini: la forma seca. Ginebra. Vermut seco (y poco). Agitación meditativa con hielo. Una copa de cóctel helada. Un toque de limón o aceitunas. (Usa tres aceitunas, porque una es muy poca y los camareros susurran que dos aceitunas engendran mala suerte). Una tolerancia al alcohol razonablemente alta también será útil. Bebe un sorbo de martini a tu antojo… o hasta que éste se desvíe hacia la temperatura ambiente.