Una de las tareas más pesadas del check list cuando organizas una comida o cena es quizá elegir los vinos con los que maridarás ese momento. Son muchos los detalles que debes tener en cuenta y en ocasiones no seduce nada la idea de tener que revisar las etiquetas de tu bodega, o las de la tienda, ya que además cada vez en el mercado son muchos los vinos que pueden encontrarse.
Seguro que más de una vez cuando tuviste que elegir qué llevar a esa comida, o si les gustará a tus comensales el maridaje que preparaste, te escuchaste a ti mismo diciendo: “¿por qué no habrá un sólo vino?”
Es cierto que en el maridaje no hay nada que esté escrito, aunque muchos libros sí digan qué es lo correcto y qué no, y todo porque la gastronomía y el vino es tan subjetivo que cada paladar sabrá cuál es el vino más acertado en cada momento. Es por esto que te proponemos una comida de cinco tiempos en la que única bebida que acompañe a tus alimentos sea champaña.
La champaña es tan versátil como todos los sabores y aromas que puedes encontrar en un plato. Puedes elegir cualquier otro vino espumoso, como un cava o un blanco gasificado, pero si lo que no quieres es volverte loco en busca de la mejor opción una champaña será lo más fácil. No creas que esta variedad es sólo para brindar, también para degustar. Una champaña brut, de entre todas las que puedes encontrar en el mercado, será perfecta.
El aperitivo
Antes de comenzar con los platillos más fuerte de tu comida o cena, nunca está demás botanear ligero. Una charola de carnes frías y embutidos, puede ser perfecta para adentrarte en este momento culinario. Unos cortes de sushi y sashimi también se completan perfecto con una champaña.
La entrada
Muchos son los platillos que puedes idear para el segundo tiempo, pero te proponemos dos opciones: una pasta o una ensalada. Si prefieres introducir aire italianos en tu comida, opta por una pasta suave, acompañada de crema o queso y si es posible, salpícala de trufa negra, hará que crezcan todos los aromas del espumoso. Si prefieres una opción más verde, arúgula, queso parmesano y aceite de oliva son un platillo simple, pero sabroso y completo.
El plato fuerte
Lo ideal, o eso dicen los manuales del buen comer, sería maridar una champaña con un pescado, pero la carne también puede ser una opción. Eso sí, no apuestes por cortes de carne roja, porque es demasiado intensa, pero un carpaccio con aceite de oliva y alcaparras te harán ver la carne y los vinos blancos de manera diferente.
Los quesos
Los franceses saben hacer las cosas bien, y no hay nada mejor que darle un toque chic a la cena con una tabla de quesos previos al postre. Quesos hay muchos, no dudes, todas las variedades (Gouda, Gruyere, Brie, Mozzarela, Cabra…) será una apuesta segura. Acompaña la tabla con frutos secos como nueces y almendras, uvas pasas, dátiles.
El postre
No importa cuál decidas que sea, más o menos intenso, más o menos dulce, con más o menos chocolate, fruta, todos los postres ponen el broche a una comida o cena, y con un espumoso, más.
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