En la opinión de Claudia Rodríguez Acosta
Uno de los grandes temas humanos es el amor, gracias al amor estamos vivos ya que, al inicio de la vida, dependemos totalmente de que otro nos ame para poder sobrevivir, pero ¿qué pasa cuando no hay amor y sufrimos un rechazo amoroso?.
Conforme vamos creciendo, vamos siendo menos dependientes, sin embargo, el amor siempre será necesario para hacer vínculos, para trabajar y para sentirnos vivos. Entonces, sentirnos amados es un asunto vital y por lo tanto, nunca seremos inmunes al rechazo ni a las decepciones amorosas.
LO QUE SUCEDE CUANDO DEJAS DE QUERER
Durante el enamoramiento hay un estado casi hipnótico en el que idealizamos a la persona amada, en este sentido, el amor conlleva siempre decepción, ya que tarde o temprano la realidad reclamará su lugar y los defectos y fallas serán evidentes. A pesar de esto, cuando hay disposición de ambas partes se podrá construir una relación más real.
Pero qué pasa cuando uno no quiere, o cuando ha dejado de querer. Para que haya una relación de pareja se necesita de dos. El amor no es un sentimiento voluntario, es decir, nadie decide a quién querer, simplemente nos enamoramos, amamos y ya; asimismo, de pronto o poco a poco, podemos dejar de amar. El amado siempre está en un lugar de ventaja, ya que no será él a quien rechacen, y será él quien decida no estar.
Del lado de quien ama las cosas son diferentes, ya que primero que nada tendrá que aceptar que no puede cambiar los sentimientos del otro, no lo puede obligar a sentir algo que no siente. Ser rechazado implica varias pérdidas, particulares de cada historia, el rechazo puede implicar: pérdida de la persona amada, de un proyecto de vida, de un estilo de vida, pérdida de expectativas y planes, pérdida de la autoestima, del amor propio, etc.
Esto implica un duelo y como todo proceso exige tiempo y paciencia. Cada quien vive el rechazo a su manera, de acuerdo a sus vivencias pasadas y a sus circunstancias. Algunos se reponen rápido y pueden permitirse vivir el dolor, otros se defienden y hacen como que no les importa («él o ella se lo pierde»), otros más se hunden en la depresión. Hay que conocernos para poder identificar cómo reaccionamos, qué nos genera ser rechazados y cómo lidiamos con ello.
¿CÓMO SOBREVIVIR A UN RECHAZO AMOROSO?
Vivir una decepción amorosa siempre es difícil y entonces, hay que tener cuidado de no detenernos ahí permitiendo que el dolor y la tristeza se vuelvan crónicos. Algunas recomendaciones para sobrevivir al rechazo amoroso son:
Estar conscientes de que el otro no va a cambiar de opinión, hay que aceptar el «no».
Permitirse sentir el dolor, la tristeza, el enojo… sólo así podrán irse.
Hablar de lo que pensamos y sentimos, una y otra vez, hasta que ya no duela tanto.
Analizar si eso que pasó ya nos ha pasado, en caso de que sí, es importante pensar por qué siempre nos terminan rechazando, qué estamos haciendo para ponernos en ese lugar sin darnos cuenta. Casi siempre es necesaria una psicoterapia para poder descifrar esto y sobre todo para no volverlo a repetir.
La energía que teníamos puesta en la persona amada, tendrá que ser puesta en otras personas y en otras actividades. Cada quien a su tiempo lo hará, pero hay que procurar no enfrascarnos más en el dolor y aferrarnos a algo que no es posible.
Por último, es recomendable reconocer cuándo el dolor es pasajero y es parte de un duelo, y cuándo ya se está convirtiendo en algo insoportable, que no nos permite seguir con la vida y que nos lastima cada vez más. En esos casos se requiere de una intervención psicológica profesional, ya que el malestar no desaparecerá mágicamente.