Ante la pandemia existen muchas dudas, mitos y realidades, pero del coronavirus ¿qué explicarle a tus hijos y qué no?
En la opinión de Claudia Rodríguez Acosta, psicoanalista
Los niños y los adolescentes son de las poblaciones que más encerradas han estado durante estas semanas, la pandemia en sí no implica una catástrofe al interior de la familia, más bien, la situación real que se vive, agudiza lo que ya existía. Ante esto surge la duda del coronavirus ¿qué explicarle a tus hijos y qué no?
Adicional existe el riesgo que dentro de la familia se vivía violencia, el encierro y las circunstancias probablemente empeoren los comportamientos violentos; si la dinámica familiar tenía tintes depresivos, la pandemia seguramente puede evidenciar la depresión y ansiedad que ya se vivían; así, cada quien de acuerdo a su circunstancias actuales y previas, está viviendo esta pandemia.
Dependerá de la dinámica familiar el cómo y qué explicarles a los más pequeños. La explicación también dependerá de la edad del niño y de sus circunstancias, es decir, no es lo mismo un niño que vive en una casa con un jardín a uno que vive encerrado en un departamento pequeño. No tiene nada que ver un niño que es cuidado y respetado por su familia, a uno que es maltratado y cuyo único espacio seguro se ubica fuera de casa.
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CORONAVIRUS ¿QUÉ EXPLICARLE A LOS NIÑOS?
La explicación es particular, depende de la edad del niño, de sus circunstancias familiares, de su nivel de ansiedad y de sus preguntas. Siempre tendrá que ir acorde a su edad, utilizando un lenguaje claro y breve. La explicación va enfocada a las necesidades del niño (qué pide saber, qué pregunta, qué lo tiene ansioso) y no a las necesidades de los padres (por ejemplo, explicaciones innecesarias originadas por la ansiedad de los padres). Por ejemplo, para algunos niños puede ser más importante saber por qué sus papás están preocupados, que saber por qué no pueden salir.
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Explicar es diferente a fomentar los sentimientos de persecución. Esta no es una historia en la que hay buenos y malos, el virus no es un enemigo perverso que nos ataca con alevosía y ventaja. El virus existe así como existen muchos otros y por eso hay que cuidarse para no permitirle entrar a nuestro cuerpo.
La manera de no permitirle entrar a nuestro cuerpo es siguiendo las medidas de higiene y distanciamiento social, esto es importante explicarlo y fomentarlo como un hábito. Los niños aprenden y se adaptan rápido. No es necesario asustarlos pero sí recordarles que hay que seguir hábitos de higiene que a veces pueden parecer exagerados pero son necesarios. Pensando a futuro, esos hábitos les permitirán a los niños lidiar con un mundo muy diferente al que estábamos acostumbrados.
¿Por qué no podemos salir? Lo peligroso no está afuera y la salvación adentro, afuera hay más peligro de contagio, pero también hay gente trabajando para encontrar un tratamiento y vacunas. Afuera hay mucha gente ayudando, trabajando y cuidándonos a todos. Si los niños y las personas que no necesitan salir se quedan en casa, estamos ayudando a que el virus no infecte a todos y ayudamos a ganar tiempo, esto es, a que encuentren un remedio lo más rápido posible, a que los médicos e investigadores puedan enfocarse en eso y no en estar tratando a mucha gente contagiada.
Puede ser de ayuda explicar que habrá momentos difíciles originados por el encierro. Así es la realidad que nos está tocando vivir y así es la vida, ya habrá momentos mejores, momentos de convivencia, de regreso a la escuela, de juegos con amigos… no sabemos cuándo. Por ahora, es importante que los niños sepan que esto es lo que nos está tocando vivir. El cómo lo vivan los niños dependerá no nada más de las explicaciones que les demos, sino de cómo lo vivamos los adultos, de cómo nos sentimos y de qué les transmitimos: ¿Seguridad o miedo? ¿Creatividad o pasividad? ¿Cuidado o descuido? Es fundamental hacerles saber que pase lo que pase nosotros los cuidaremos siempre, ese es nuestro papel como adultos.